BARCELONA - A apenas tres días del referéndum independentista convocado en Catalunya, se va clarificando lo que puede deparar una jornada tensionada por la pugna entre el Gobierno español y la Generalitat a cuenta de una consulta suspendida por el Tribunal Constitucional. En esta recta final hacia el 1-O, el foco de atención se ha situado en los centros designados como puntos de votación y en la orden a las fuerzas de seguridad de precintarlos y de impedir que acojan urnas el próximo domingo, un mandato emitido el martes por la Fiscalía Superior de Catalunya y dirigido a los Mossos d’Esquadra, y que ayer hizo suyo el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) al hacerse cargo de las actuaciones. En respuesta a dicha orden, la sociedad civil y educativa se ha organizado para apostarse en dichos centros y garantizar su apertura en el día clave. De forma paralela, los principales mandos de los Mossos como el major Josep Lluís Trapero o el director general Pere Soler han anticipado que no llevarán a cabo ninguna acción que perturbe el orden público.

La instrucción trasladada por el Ministerio Público a la Policía catalana especificaba que los más de 2.000 centros educativos y de salud designados por el Govern para acoger 6.200 mesas electorales debían estar clausurados antes del sábado. El fin de la actividad escolar el viernes está detrás de este mandato -que el TSJC asumió y extendió a la Policía Nacional y Guardia Civil-, lo que ha llevado a medio centenar de entidades educativas y sociales catalanistas a adelantar unos planes de contingencia que, según ha podido saber este diario, tenían previstos inicialmente para el sábado. En una rueda de prensa celebrada ayer en la sede de Òmnium Cultural, dichas entidades se comprometieron a “hacer posible que el próximo domingo la jornada se desenvuelva con total normalidad”.

Josep Maria Cervelló, portavoz del colectivo que agrupa a sindicatos como USTEC, AEC o UGT, la asociación Som Escola, la Plataforma por la Lengua o el Centro UNESCO de Catalunya, llamó a “una movilización de adultos con derecho a voto”, sin la participación de los niños, de cara a “organizar colas de gente para garantizar que todo el mundo pueda votar”. Se trata, agregó, de lograr “una victoria cívica, pacífica y colectiva”, ya que “con ilusión, esperanza y una inmensa sonrisa, la democracia es invencible”. Con este fin se ha abierto una web, escolesobertes.eu, para crear un censo de personas dispuestas a movilizarse.

Dicha página también anticipa algunas de las medidas a llevar a cabo, y así recomienda acudir a los centros con ropa cómoda, comida y agua. También insta a compartir esta movilización en las redes sociales. Cervelló añadió ayer que se baraja organizar actividades en estos espacios durante toda la jornada para que permanezcan abiertos o guardar una llave. Por el momento, descartó la posibilidad de realizar encierros o actos nocturnos, y resumió el llamamiento a los voluntarios en “que vayan al sitio donde les toca con las comunidades educativas en torno a su centro”.

Garantizar derechos En lo que a los Mossos d’Esquadra se refiere, su posición fue marcada por el major Josep Lluís Trapero en la reunión de coordinación policial -con Guardia Civil, Policía Nacional y Guardia Urbana- que se celebró por la mañana en la sede de la Fiscalía catalana, donde garantizó que cumplirán con las órdenes de impedir el 1-O. Alegó, eso sí, que se ajustarán a los principios de “oportunidad, proporcionalidad y congruencia” ante el riesgo de que se produzcan altercados. Según él, “la estricta aplicación” de las instrucciones para clausurar los centros de votación “no excluye la responsabilidad profesional de contemplar que ello puede comportar consecuencias no deseadas”, como el “previsible riesgo de alteraciones de orden público”. Dicho cumplimiento obligaría asimismo a suspender la actividad en servicios “esenciales” como hospitales, ambulatorios y geriátricos, advirtió.

En la misma línea, el director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Soler, aseguró en un mensaje en Twitter: “Que nadie se equivoque. La misión principal de las policías, Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional es garantizar derechos, no impedir su ejercicio”. Ello hace prever que la Policía catalana puede evitar choques con la ciudadanía el domingo si, efectivamente, se produce una movilización generalizada para posibilitar la presencia de urnas y la votación.