gasteiz - ¿Qué implica la figura del coordinador territorial en EH Bildu con respecto al anterior modelo? ¿Cómo cambia la representación de los herrialdes?
-Hasta ahora las decisiones se tomaban por acuerdo entre los cuatro partidos, y los cuatro partidos trasladaban a sus bases las decisiones acordadas. En este momento el objetivo a corto plazo es constituir una mesa política en el herrialde con los cuatro partidos y los independientes, con capacidad de visión integral y estratégica para defender las líneas políticas, y trasladar todo eso a las bases de EH Bildu a través de una estructura propia y no de los partidos. En todo caso, hasta ahora el respeto a la autonomía de Araba en su línea política ha sido palpable, se ha ajustado a la realidad sociológica desde el inicio y no creemos que vaya a haber cambios sustanciales. Más allá de cuánta gente hay de cada herrialde en la dirección política lo importante es que cada herrialde sea capaz de diseñar sus líneas políticas y estratégicas y de desarrollarlas.
La Izquierda Abertzale siempre ha tenido un suelo muy firme en Álava, pero históricamente le ha costado crecer de forma estable elección tras elección. ¿Cree que la apertura a los independientes y la presencia de un arco más amplio con el resto de partidos de EH Bildu permitirá dar ese salto en el territorio?
-Desde la irrupción en 2011 de Bildu el salto cualitativo en las posiciones de los soberanistas de izquierdas fue muy grande, empezamos a disputar de igual a igual la posibilidad de acceder al gobierno del herrialde. Nuestras aspiraciones están puestas ahí, EH Bildu y ese proyecto que defiende otro montón de agentes sociales y políticos está en posición de hacerlo. Cuando se alcanzaron los primeros acuerdos entre los partidos se respondía a una apuesta estratégica clara, crecer en base social y alcanzar mayorías suficientes para lograr los objetivos que tenemos. Esa es la apuesta desde el principio, y el adecuarnos a la realidad social va en la misma dirección, seguir acumulando a todos los que apuesten por una Araba roja, verde y morada, y por el derecho de la ciudadanía de decidir sobre todas las cuestiones que les afectan.
Las cosas han cambiado desde 2015. PNV y PP han comenzado a entenderse en Euskadi y en el Estado, los puentes entre EH Bildu y Urtaran parecen definitivamente rotos... ¿Qué ocurrirá con el trabajo en común que se ha hecho en la Diputación?
-En 2015 hacíamos una lectura de la situación y en 2017 nos reafirmamos en esa lectura. A día de hoy nos encontramos en una situación de incertidumbre política y personal, y por eso es importante que los movimientos políticos, sociales y sindicales tengan claro hacia dónde quieren llevar a la sociedad. En Araba sólo hay dos proyectos políticos claros, el que apuesta por una Araba más justa, por defender al territorio de agresiones al medio ambiente, una Araba diversa, feminista, que defiende el derecho a decidir de las personas y de las naciones por encima de todo. A ese modelo aspiramos en EH Bildu y otras formaciones de izquierdas, movimientos sociales y sindicales. Luego está la Araba del pasado, la Álava del pasado, un modelo que no reconoce el derecho a decidir, que antepone los intereses de la elites por encima de los derechos de las personas, y ese modelo lo representa el PP. El PNV no acaba de definir cuál es su modelo. En 2015 hicimos una apuesta a la que se sumaba el PNV, pero no se puede soplar y sorber a la vez, no puedes dar dos pasos hacia un lado un día y dos pasos hacia el otro al día siguiente. El PNV tendrá que definir cuál es su proyecto político para Araba, porque a día de hoy sólo hay esos dos proyectos.
¿Qué balance hace de esa alianza de 2015 con los jeltzales dos años después?
-Podríamos hacer muchos balances porque la apuesta fue integral. También hubo pasos en Oion o en Lapuebla de Labarca para abandonar esa Álava del pasado. En el caso de Gasteiz, las expectativas que se pusieron en el cambio con Gorka Urtaran, porque no había otra posibilidad, pues el PNV se negaba a cualquier otra opción, han sido defraudadas. No es que Urtaran haya defraudado a EH Bildu, y también a Irabazi y Podemos, es que también ha defraudado a la parte de la ciudadanía gasteiztarra que apostó por una ciudad más diversa y diferente, que a día de hoy no ve reflejadas sus expectativas en el gobierno municipal. En el caso de las Juntas Generales y la Diputación, es cierto que el panorama no es tan claro, estamos esperando a que el PNV acabe de definirse, como decía antes.
¿Estarían dispuestos a profundizar en la constitución de un alianza con Podemos si finalmente el entendimiento entre PNV y PP se traslada a la Diputación?
-Lo primero, estamos a la mitad de legislatura, y a EH Bildu le ponen en las instituciones para trabajar por la ciudadanía. No estamos en estrategias electorales, sino trabajando en el día a día para mejorar las condiciones de toda la ciudadanía, no solo de quienes les votaron. Dicho esto, consideramos a todos los sectores de izquierdas y que reconocen el derecho a decidir de este país como aliados en la transformación de la realidad. Buscaremos alianzas y trabajo en común con todas aquellas formaciones políticas, sociales y sindicales que apuesten por ese modelo en el que creemos. Es fundamental la construcción de alternativas sólidas y creíbles que garanticen un futuro mejor a la ciudadanía, y la izquierda en general, a nivel internacional, tiene una tarea pendiente en ese sentido. Tenemos el reto de, en el menor tiempo posible, ofrecer esa alternativa que se contraponga con el modelo neoliberal imperante, y lo que es peor, con el modelo proteccionista y xenófobo que cada vez tiene más fuerza.
Eso en lo relativo a la izquierda. En cuanto al soberanismo, ¿cree posible ampliar el respaldo social en un territorio como el alavés?
-Todas la encuestas dan mayorías importantes en Araba a favor del derecho de autodeterminación, hay mimbres para hacer el recorrido hacia ese derecho que nos asiste. Eso sí, una cosa es decidir y otra decidir hacia la independencia, y esa es una tarea que tenemos que hacer en breve explicando a la gente por qué defendemos la necesidad de un estado propio en forma de república. Al margen de los sentimientos identitarios legítimos de cada cual consideramos que en Euskal Herria y en Araba hay condiciones sociológicas para generar una sociedad más justa que garantice los derechos de las personas, pero para construir ese modelo de sociedad necesitamos todas las herramientas que da un estado. Y no solo en beneficio de la ciudadanía de Euskal Herria, sino también para aportar nuestro granito de arena en esa alternativa de izquierdas a nivel internacional que he comentado antes.