LONDRES. En un escueto comunicado, las autoridades han indicado que una primera detención se ha llevado a cabo en el marco de una redada en una zona de Withington, al sur de la ciudad.

La otra ha sido detenida en Mánchester, si bien no se han ofrecido más detalles de ninguno de los arrestados.

Hasta ahora, hay ocho personas detenidas, después de que durante la madrugada liberaran sin cargo a la única mujer arrestada tras el atentado.

La mujer fue arrestada durante una "redada armada" durante la tarde del miércoles en un bloque de apartamentos en la zona de Blackley, en el norte de Manchester.

La Policía no ha aclarado la posible relación de los detenidos con el terrorista suicida, identificado como Salman Abedi, aunque sí que ha dado por confirmado que formaba parte de una "red" y no actuó solo. La organización terrorista Estado Islámico asumió el martes la autoría de los hechos.

Por otra parte, el hermano menor del supuesto terrorista, Hashem Abedi, y el padre de ambos, Ramadan Abedi, han sido detenidos en la capital libia, Trípoli, por sus supuestos vínculos con Estado Islámico, según un portavoz de una fuerza antiterrorista local consultado por la agencia de noticias Reuters.

La familia Abedi es de origen libio, aunque los padres de Salman y Hashem emigraron a Reino Unido huyendo del régimen de Muamar Gadafi. El terrorista de Mánchester había nacido en Reino Unido, sin que por el momento estén claros los detalles de su posible radicalización.

ARRESTADOS EL MIÉRCOLES Seis hombres, entre ellos el padre y otro de los hermanos del terrorista, y una mujer fueron detenidos ayer en la operación en Reino Unido y Libia para destapar la supuesta red que ayudó al suicida Salman Abedi a matar a 22 personas y herir a 64 el lunes en Manchester, un atentado que llevó ayer al despliegue de casi mil soldados en puntos sensibles del país. El Gobierno de la primera ministra, Theresa May, ha elevado la alerta de seguridad al máximo en una escala de cinco, un nivel “crítico” que solo se había activado antes durante cuatro días -tres en agosto de 2006 y uno en junio de 2007- y que responde a la posibilidad de un ataque “inminente”.

La Policía británica trabaja con la hipótesis de que Abedi, un joven estudiante nacido en Inglaterra que había viajado a Arabia Saudí hace un año y medio había regresado de un viaje a Libia en los últimos días, no actuó como un lobo solitario, sino que otras personas le ayudaron a hacer estallar un artefacto casero a la salida de un concierto de Ariana Grande.

Las autoridades han hecho pública la identidad de catorce de los 22 muertos en el pabellón Manchester Arena, entre ellos varios menores de edad, aunque todas las víctimas han sido ya identificadas. Entre los heridos, doce son niños menores de 16 años y 20 permanecen en estado crítico.

Abedi había estado en el radar de los servicios de seguridad y, según confirmaron las autoridades francesas, se radicalizó probablemente en Siria y tenía vínculos demostrados con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha reivindicado el atentado a través de Internet. Los servicios de inteligencia británicos, en colaboración con los estadounidenses, intentan determinar ahora si Abedi se reunió en el norte de África con integrantes del EI o de Al Qaeda.

Uno de los hermanos del joven, Ismail, de 23 años, fue arrestado el martes por la mañana en un suburbio al sur de Manchester, pocas horas después de la explosión, mientras que ayer por la mañana se produjeron nuevos registros en Manchester y otras tres detenciones. Por la tarde, fue arrestado un cuatro sospechoso al oeste de Manchester, mientras cargaba con un paquete sospechoso, y por la noche fue detenida una mujer.

cadena de apoyos Fuentes de seguridad libias informado, además, de la detención en Trípoli del padre del suicida, Ramadan Abedi y de Hashem al Abidi, otro de los hermanos del terrorista. Las fuerzas de seguridad creen que Abedi pudo actuar como el último eslabón de una cadena en la que él era el responsable de hacer estallar una bomba que otros habían fabricado, revelaron medios locales. Según un portavoz de la fuerza antiterrorista local, Hashem estaba vinculado al ISIS y planeaba un atentado en Libia.

“Mi hijo era tan religioso como cualquier otro niño nacido en el seno de una familia religiosa”, dijo Ramadan Abedi, quien llegó al Reino Unido desde su natal Libia en los 90 y tuvo tiempo de hablar con la prensa antes de ser arrestado. “Cuando hablamos sobre noticias de ataques similares, él siempre estuvo en contra de esos actos porque decía que no tienen justificación religiosa”. “No entiendo cómo se habría involucrado en un atentado que llevó al asesinato de niños. Mi hijo no tenía pensamientos extremistas”, dijo.

La ministra de Interior, Amber Rudd, subrayó el carácter sofisticado del atentado en comparación con ataques anteriores, como el que perpetró el 22 de marzo Khalid Masood en el centro de Londres. Masood, de 52 años, atropelló con un todoterreno a los viandantes que caminaban por el puente de Westminster y acuchilló después a un policía, un acto que causó cinco víctimas mortales.

Además, una fuente de seguridad ha explicado a la agencia Reuters que las autoridades sospechan que “podría haber otros por ahí que ayudaron (a Abedi) a fabricar la bomba”, ya que preparar artefactos como el que usó, con un detonador poco frecuente, “requiere un cierto nivel de pericia y competencia”. Así pues, la investigación se centra ahora en detectar en Reino Unido a los colaboradores que pudieron ayudarle a preparar un ataque con relativa sofisticación: los materiales para fabricar la bomba, el montaje de la misma y la elección del objetivo indican una elevada planificación.

Ante la amenaza de que se produzca un nuevo atentado, soldados de las Fuerzas Armadas han comenzado a vigilar lugares emblemáticos como el palacio de Buckingham, el Parlamento británico y el acceso a Downing Street, donde se ubica el despacho oficial de la primera ministra. May ha ordenado el despliegue inmediato de 984 soldados, aunque hasta 3.800 efectivos están listos para colaborar con la Policía en operaciones de seguridad.

El ministro de Defensa, Michael Fallon, detalló que los militares se mantendrán en puestos de vigilancia estática, pero podrán comenzar a patrullar en calles, instalaciones de transporte y otros recintos si así lo demandan los mandos policiales.

El Gobierno recalcó que recurrir al Ejército liberará recursos de la Policía, que en Londres ya ha anunciado que revisará sus planes de seguridad para comenzar a vigilar eventos de aforo reducido que hasta ahora no se tomaban en consideración.

La ministra del Interior manifestó su confianza en las fuerzas de seguridad. “Sabemos que (el terrorista) era un conocido de los servicios de inteligencia”, indicó. Y precisó: “Los servicios de inteligencia conocen a mucha gente. Esto no quiere decir que puedan arrestar a todo el mundo que conocen”.

El Post-it

Copa. Más de 2.500 efectivos participarán en el dispositivo de seguridad del partido que enfrenta el sábado a Barcelona y Alavés en el Vicente Calderón, por cuyas inmediaciones no podrán circular camiones de más de 3.500 kilos. Se ha tenido en cuenta no sólo que es un partido de alto riesgo y el nivel 4 de alerta en España, sino también la previsión de lleno absoluto.

irritación por la filtración de EEUU

Control. La ministra británica de Interior, Amber Rudd, consideró ayer “irritante” el hecho de que los detalles sobre el atentado de Manchester hayan sido filtrados a los medios estadounidenses antes de ser comunicados oficialmente en Reino Unido. “La policía británica ha sido muy clara respecto a su intención de controlar el flujo de la información para proteger el elemento sorpresa”, aseguró. “Así que es irritante si se cuenta por otras fuentes y yo he sido muy clara con nuestros amigos de que eso no debe volver a suceder”. Rudd no quiso aventurar si EEUU abrirá una investigación “pero puedo decir que son conscientes de que no debe volver a pasar”.