Oswiecim - Que no se repita la violencia y que la dignidad humana esté por encima de cualquier otra consideración. Ese fue el mensaje que lanzó ayer el lehendakari en el arranque de su viaje institucional a los campos de exterminio nazis de Auschwitz, donde abogó ante 500 jóvenes vascos y polacos por aprender del pasado y no reproducir los horrores de la guerra y la violencia. Urkullu lanzó ese mensaje de deslegitimación de las armas en una visita que pretende estrechar lazos entre Gernika y Auschwitz. La primera sufrió el bombardeo contra la población civil perpetrado por la aviación alemana por orden de las tropas franquistas, y la segunda sufrió los campos de concentración nazis. Aunque el nombre de Auschwitz es el que mayor relevancia histórica posee, la verdadera denominación de la localidad polaca es O?swiecim, y fue la invasión nazi quien la rebautizó con esa designación ligada para siempre al horror de las cámaras de gas.

“La enseñanza valiosa de este encuentro es: nunca más. Esta es la auténtica idea de futuro: nunca más una causa racial, política o partidaria, ni ninguna otra convicción o certeza, deben situarse por encima del valor de los derechos humanos, la dignidad de la persona y la vida”, pidió el lehendakari ante el medio millar de jóvenes congregados.

El viaje arrancó de manera accidentada para la amplia delegación vasca (con representación también de los grupos de PSE, EH Bildu y Podemos de las Juntas de Bizkaia). La intensa nevada provocó que su vuelo fuera desviado y el avión llegó con retraso. Los actos arrancaron con demora y los asistentes tuvieron que lidiar con una temperatura gélida, aunque la nieve perdonó en la visita a los campos de concentración y pudieron recorrerlos cumpliendo el programa previsto. Hoy continuará el viaje con uno de los actos más simbólicos: se plantará un retoño del Árbol de Gernikas en el Parque Zasole, en las inmediaciones del campo de Auschwitz-Birkenau. Urkullu, por su parte, lanzó ayer un mensaje de deslegitimación de la violencia que llega además en pleno desmantelamiento de ETA y en un momento en que se trata de cerrar heridas y asentar la convivencia.

“injusticia” Ante los 500 jóvenes reunidos, recordó que Gernika y Auschwitz están unidos “en el pasado, comparten sufrimiento e injusticia”, y en el futuro, porque ambos quieren un mundo en paz, sin guerras ni violencia. “Se primaron valores como una supuesta razón de Estado, una visión ideológica o una etiqueta racial. De esta forma se justificó el todo vale para conseguir un objetivo. Este fue el error: asumir que, si mi objetivo es más importante que la dignidad humana, todo vale para conseguirlo... Admitir que el fin justifica los medios. Este razonamiento acaba legitimando las vulneraciones de derechos humanos, la violencia, el terrorismo o la guerra”, dijo. El lehendakari pidió que no se repita. Puso en valor que el encuentro de la juventud significa “el conocimiento y la enseñanza del pasado para compartir la esperanza de un futuro mejor”.

Urkullu acudió al encuentro internacional de jóvenes vascos y polacos en el centro de cultura de Oswiecim, un acto que sirvió para recordar lo sucedido y aprender sobre el respeto a la dignidad humana. Los jóvenes pudieron escuchar el testimonio de Bogdan Bartnikowski, un superviviente de Auschwitz-Birkenau.

Su familia se unió a la resistencia contra el nazismo cuando él tenía doce años de edad. Tanto él como su madre fueron a parar al campo de concentración, mientras que su padre murió en la revuelta. Tras sobrevivir al campo de exterminio, se convirtió en piloto del ejército polaco, y en escritor de prosa y poesía. Ha sido galardonado con varias distinciones por su experiencia traumática y su ejemplo de superación.

La visita del lehendakari le llevó a pisar escenarios sobrecogedores, como el bloque de las pruebas de exterminio, el área donde se encuentran los objetos personales de los confinados, el llamado paredón de la muerte donde fueron ejecutados presos políticos de Polonia, y el inmenso campo de Auschwitz II-Birkenau, donde se encontraban las cámaras de gas con las que fueron asesinados un millón de judíos.

Cabe recordar que este campo se convirtió en la principal herramienta del nazismo para confinar a las etnias que consideraba inferiores y a presos políticos de distintos puntos de Europa. Fue el epicentro de la masacre perpetrada por el régimen de Hitler. A partir de 1942, se convirtió en el centro de exterminio de judíos por excelencia. Se calcula que unos doscientos vascos desaparecieron también en esas prisiones. En términos globales, se cifra en 1,3 millones el número de personas deportadas a esos emplazamientos, fundamentalmente judíos, gitanos y polacos. Unas 200.000 personas sobrevivieron. La delegación vasca realizó una ofrenda floral y guardó un minuto de silencio para honrar la memoria de las víctimas.

dignidad humana Urkullu estuvo acompañado por el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández; la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza; y la presidenta de las Juntas de Bizkaia, Ana Otadui. El encuentro fue organizado por la Asociación Pro Tradición y Cultura Europea (Aptce). El lehendakari proclamó que “el valor supremo es el respeto y la promoción de la dignidad humana”. “Auschwitz y Gernika representan la esperanza de un futuro mejor. Representan la enseñanza de que siempre existe un objetivo más importante: la dignidad humana. A través de este encuentro de jóvenes vascos y polacos, estamos uniendo el pasado y el futuro. Vosotros representáis la esperanza de un futuro mejor”, alentó.

En cuanto al plan de la delegación vasca para hoy, consistirá en la plantación del retoño del Árbol de Gernika en el Parque Zasole. El lehendakari mantendrá varios encuentros con representantes del ayuntamiento, el presidente de la región de Malopolska y responsables del Museo Auschwitz- Birkenau. Los actos se están desarrollando en el contexto del 80º aniversario del bombardeo de Gernika, que se cumple el 26 de abril.

Ana Otadui confesaba en una entrevista publicada ayer por este periódico que su propósito es llevar el Árbol de Gernika a los lugares más icónicos de la paz. Baraja llevarlo al Vaticano, y también quiere estrechar lazos con las localidades japonesas de Fukushima y Nagasaki, víctimas de las bombas atómicas de la Segunda Guerra Mundial. Ahora se trata de estrechar lazos con víctimas del nazismo, un régimen que también azotó Gernika de la mano del bombardeo orquestado por las tropas franquistas.