vitoria - Cinco años y medio después de haber anunciado el cese definitivo de la violencia, ETA se dispone a bajar definitivamente la persiana entregando todas sus armas y explosivos el próximo día 8 de abril. Este paso supondrá el cierre absoluto de su actividad desde que causara su primera víctima mortal en el tiroteo con el agente José Pardines en 1968 y desde que arrancara de ese modo un contador que ha registrado 829 asesinatos. Solo quedarán sus siglas, salvo que anuncie posteriormente su disolución; y gestionar lo que sucederá con sus 400 presos. A diferencia de los anteriores gestos de desarme parciales, ETA se dispone a llevar a cabo un desarme total, verificado por el equipo de Ram Manikkalingam y legal, porque la vocación es que las armas no se destruyan sino que sean entregadas a las autoridades francesas, como ha podido saber este periódico.
La noticia la reveló ayer el diario francés Le Monde. El sindicalista Txetx Etcheverry, uno de los cinco detenidos en Luhuso cuando se disponían a deshacerse de un 15% de las armas, anunció al rotativo que varios cientos de representantes de la sociedad civil y cargos electos de Iparralde se encargarán de realizar el desarme con la verificación del equipo de Ram Manikkalingam y con la intención de que las armas acaben en manos del Gobierno francés. Según ha podido saber este diario de fuentes conocedoras del proceso, los representantes de la sociedad civil serán los encargados de entregar un mapa con la ubicación de los zulos a la Policía francesa. La fiabilidad del proceso vendría dada por la presencia del equipo de verificadores y por la propia entrega de la geolocalización de los zulos a las fuerzas de seguridad francesas. Se espera que todo acabe el día 8 por la tarde.
Cabe matizar que los agentes sociales no han cerrado un acuerdo con Francia que garantice que el proceso se vaya a llevar a cabo sin que haya detenciones de por medio. Las autoridades galas respondieron ayer con su silencio. La principal duda que sobrevuela todo el proceso es que Madrid pueda tomarse este paso como una escenificación si hay un excesivo despliegue de medios por parte de los agentes sociales, y que decida tomar cartas en el asunto recurriendo a las fuerzas de seguridad. Para que el desarme se llevara a cabo, bastaría con que asumiera una actitud pasiva y de no intervención. La valoración que ofrecieron ayer tanto el Gobierno español como el PP fue muy medida y cautelosa, no beligerante. Mariano Rajoy se lo tomó como un desarme unilateral y no quiso hacer más valoraciones. En el resto del arco político, las consideraciones fueron más o menos positivas.
El gabinete de Rajoy conocía de antemano esta secuencia de acontecimientos porque el equipo de Iñigo Urkullu le ha mantenido informado. El lehendakari se reunió el martes con el presidente español en la Moncloa para informarle de los próximos acontecimientos y pedirle la colaboración de España y Francia. Urkullu desvinculó esta petición de la negociación de los Presupuestos estatales.
ETA ha estado buscando una vía que no tuviera para ella una consideración de derrota o humillación, y que no implicara que sus integrantes fueran detenidos. Sin embargo, Madrid ha rechazado el diálogo y ha apostado hasta ahora por desarticular a la organización con golpes policiales, manteniendo también una estrecha vigilancia sobre los verificadores y agentes implicados. Cabe recordar que el equipo de Manikkalingam fue citado a declarar en la Audiencia Nacional tras el primer gesto de desarme en 2014, y que los llamados artesanos de la paz de Luhuso fueron detenidos. El desarme urge a ETA porque puede contribuir a la flexibilización de la política penitenciaria. Lo va a escenificar sin poner condiciones.
la vía francesa Lo que vuelve a plantear es una vía que combine el papel de la sociedad civil y el de los verificadores. La aspiración es que no se produzca otra operación policial porque el desarme es total y las armas se van a entregar a una autoridad estatal, la francesa. Se producirá en Iparralde porque es en el Estado francés donde se encuentran la práctica totalidad de los zulos, aunque hay una lectura política de fondo, porque la organización interpreta que las autoridades francesas pueden tener una actitud menos hostil que las españolas. No parece casual que el desarme se produzca con esta celeridad, antes de unas elecciones presidenciales francesas que podrían saldarse con un triunfo de la ultraderecha. De todos modos, las armas no se van a destruir, sino que se entregarán a Francia, lo que deja en el aire la incógnita de qué sucederá con ellas y su importancia para esclarecer casos abiertos.
“Día del desarme”. Txetx Etcheverry confirmó ayer a Radio Euskadi que el 8 de abril se celebrará “un día del desarme”, al final del cual ETA estará “totalmente desarmada” y todo su arsenal será “desmantelado”. Se pretende que participen miembros de la sociedad civil que representen “al máximo de sensibilidades políticas y sindicales”. Según dijo, ETA no les ha pedido que destruyan las armas, sino que ayuden al desmantelamiento de su arsenal, y destacó que espera que el desarme se haga efectivo para el 8 de abril. ETA les encomendó a los agentes de la sociedad civil “la responsabilidad del desmantelamiento”. “Queríamos hacerlo con la cooperación del Gobierno francés y hemos tenido conversaciones pero, por el momento, no tenemos respuesta”, matizó.