gasteiz - Dado el mal resultado del PSE en las pasadas elecciones autonómicas, y la visibilidad que han obtenido los socialistas vascos en la pasada legislatura gracias a sus acuerdos con el PNV en diputaciones y ayuntamientos, e incluso apoyando desde fuera al propio Gobierno Vasco, cabría pensar, y así se está deslizando con más o menos claridad entre los creadores de opinión, que venderán barato un eventual respaldo al lehendakari Urkullu en la legislatura que arranca este viernes con la constitución del nuevo Parlamento.

Ayer la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, dedicó su primer mensaje como parlamentaria de la nueva Cámara a enfriar estas expectativas y poner coto a un clima de opinión asentado antes incluso de las elecciones. “Quiero dejar claro que adelantar la conclusión de estos contactos (con Sabin Etxea), como he visto que hacen ya algunos analistas, resulta prematuro. Todavía queda mucho por hablar y por concretar, y los socialistas no vamos a cerrar un acuerdo por el simple hecho de hacerlo, sino sólo uno que sea acorde a nuestros principios y que dé respuesta las necesidades de la ciudadanía vasca”, dijo.

Y si se diera el caso de que sus pretensiones no quedaran satisfechas tras la ronda negociadora, no apoyarán a Urkullu. “Si entendemos que podemos hacerlo mejor desde el gobierno, trataremos de concretarlo en un acuerdo, pero si vemos que podemos ser más influyentes desde la oposición, como lo hemos sido en la última legislatura, no tendremos ningún problema en trabajar desde allí”, afirmó la líder del PSE.

Su estrategia negociadora pasa por vincular sus objetivos a los avances sociales en la CAV, también incluso cuando hablan de reformar el autogobierno. “Nuestra responsabilidad es seguir luchando contra la desigualdad”, insistía Mendia, que apelaba a “la realidad de miles de familias con parados en sus casas, de una industria que necesita un empujón, de los jóvenes que han tenido que salir al extranjero por razones económicas o de los mayores, y no tan mayores, que están preocupados por el futuro de sus pensiones”.

Marcaban así territorio en el PSE frente a proyectos nacionalistas que vienen disfrazados de “grandes acuerdos de país”, y que no es otra cosa que la apuesta de EH Bildu, el otro eje sobre el que pivotan las conversaciones del PNV, toda vez que Podemos se ha autoexcluido de las fórmulas de gobierno y con el PP no se cuenta como agente decisivo dada su representación en el Parlamento Vasco y los precedentes de la legislatura de la mayoría absoluta en Madrid con respecto a la CAV.

“Todos sabemos -señalaba Mendia- que hoy en Euskadi hay ofertas políticas que ya han apostado por traer una especie de vía catalana, que anteponen el derecho de autodeterminación y el avance soberanista a cualquier otro objetivo”, y ante esa posición el PSE “no sólo no va a estar ahí, sino que va a trabajar para que la política vasca evite este camino”.

La intervención de ayer de Mendia, por tanto, empieza a delimitar un escenario hasta ahora totalmente abierto por expreso deseo del propio PNV, predispuesto incluso a conformar diferentes mayorías para cada circunstancia o ámbito concreto. Los jeltzales quieren aprovechar la pluralidad del nuevo Parlamento, al menos mientras se pueda, pero el PSE empieza a acotar el terreno, y ayer en ese sentido Mendia planteó una especie de o ellos o nosotros. “Es el PNV, que obtuvo 28 escaños en las elecciones autonómicas, el que tiene la responsabilidad de aclarar qué objetivos se plantea esta legislatura y qué fórmula de gobernabilidad propone. Tiene que aclarar para qué quiere gobernar y con quién quiere gobernar, porque no todos los caminos llevan al mismo destino”, avisó.

Se refería al grado de autogobierno de Euskadi para el futuro, pero también a “los planteamientos éticos respecto a la violencia terrorista, los derechos humanos y la atención a las víctimas”, en otra clara referencia a una izquierda abertzale a la que también el PNV aprieta por este flanco.

el día después EH Bildu, por su parte, está lanzando un mensaje de posibilismo casi ilimitado. La formación está dispuesta a ayudar al lehendakari bajo cualquier fórmula, bien sean apoyos puntuales, entrada en el gobierno, respaldo presupuestario o lo que se llegue a acordar. Eso sí, reclama el blindaje presupuestario ante unas perspectivas económicas peores de las esperadas, y aunque está dispuesta a pactar un acuerdo de autogobierno lo más plural posible, exige un plan b para el día después ante un eventual nuevo portazo en el Congreso de los Diputados. Esa es la gran apuesta de EH Bildu y a esa apuesta se refieren los socialistas cuando hablan de que ellos anteponen la agenda social al soberanismo.

Por otro lado, EH Bildu se presentará a las reuniones de Sabin Etxea con la fuerza negociadora que le proporciona la entente conformada con Elkarrekin Podemos, que en materia social, y también de autogobierno -al menos hasta que se supere la legalidad española que la formación morada no quiere rebasar- convertirá sus 18+11 escaños en 29 votos de 75.

Ambas formaciones han mostrado su intención de atraerse al PSE a esa alianza opositora de izquierdas, lo que conformaría una mayoría absoluta en la oposición de muy difícil materialización, tanto por el claro posicionamiento expresado ayer por el PSE como por la escasa convicción que parecieron depositar en la iniciativa sus propios impulsores cuando la expusieron en el Parlamento. Además, el hecho de haber fraguado primero el acuerdo entre Elkarrekin Podemos y EH Bildu, y de citar después a los socialistas, tampoco invita a pensar que sea posible el triple pacto. EH Bildu, por otro lado, no esconde que está jugando con varias barajas y además lo expone como una virtud. De hecho, entre sus pretensiones para este inicio de legislatura está también la de generar puntos de encuentro, por ejemplo, con los movimientos sindicales.

En todo caso, más allá de las declaraciones y posicionanientos de unos y otros, a lo largo de esta semana se entrará al detalle de las propuestas concretas y escritas en una serie de reuniones del PNV con PSE y EH Bildu a las que, al menos en el caso del encuentro con los socialistas, no acudirán ni Idoia Mendia ni el presidente del EBB, Andoni Ortuzar.