madrid - Pedro Sánchez encara hoy su proclamación oficial como candidato a la presidencia española tras una semana de pesadilla en el socialismo. Desde que accediera al liderazgo del partido, no ha podido evitar las continuas revueltas de los barones y se ha visto acechado por Susana Díaz, la presidenta andaluza que está la llamada a disputarle el liderazgo tras las elecciones generales del 26 de junio. Las disputas se han recrudecido esta semana. En ese contexto, Sánchez intenta proyectar una imagen de unidad y reforzar su liderazgo pidiendo a Díaz que ejerza de presentadora en el acto de proclamación de hoy, una oferta que la andaluza ha tenido que aceptar. Sánchez ha buscado un auténtico golpe de efecto y una imagen potente para acallar los rumores de división. También ha dado un golpe de autoridad para dinamitar las negociaciones entre los socialistas valencianos, Podemos y Compromís que tenían por objeto sellar una coalición para el Senado. Los valencianos retiraron ayer su propuesta de mala gana, a última hora y avisando de que la dirección federal comete un “error”. Las heridas que ha dejado la pelea en podrían tardar en cicatrizar. De entrada, Ximo Puig no acudió ayer a la reunión preparatoria del comité federal de hoy esgrimiendo razones de agenda, y podría no acudir tampoco al comité. Sánchez lleva semanas apelando a la unidad, pidiendo confianza en su proyecto y aparcar las diferencias. Se juega su futuro en los resultados del 26 de junio.

La Comisión Federal de Listas del PSOE aprobó ayer las candidaturas al Congreso y el Senado aunque, escarbando en los detalles, el cierre de filas no fue tal. Nuevamente volvió a hacerse notar la federación andaluza, que hizo causa común con Palencia y Ourense, dos provincias que han mantenido discrepancias con Ferraz porque la dirección federal ha ignorado sus propuestas de cabezas de lista para las dos provincias. Esta vez la sangre no llegó al río y todo quedó en alguna queja emitida de puertas adentro. Los socialistas valencianos se abstuvieron en la votación de las planchas del Senado, y los dos miembros del socialismo andaluz, Antonio Pradas y Juan Cornejo, hicieron lo propio con las candidaturas de Ourense, Palencia y León. Fueron las únicas abstenciones. Los valencianos, por su parte, ya habían anunciado que no llevarían su pulso hasta el final y que, si Sánchez obligaba a romper las negociaciones, lo acatarían. Así lo han hecho, pero lo relevante de la controversia estriba en los gestos de malestar de su secretario de Organización Alfred Boix, quien consideró un “error” la actitud de Ferraz. Puig había sacado pecho en las últimas horas avisando de que no había venido a la política a ser un cobarde, sino a defender sus posiciones y tratar de convencer a la dirección. Un sainete que provocó que Patxi López se mostrara abochornado por las disputas públicas.

Las listas serán ratificadas hoy en el Comité Federal que proclamará a Sánchez. La designación será unánime. No ha sido necesario realizar primarias porque no tenía rivales, aunque esa imagen puede llevar a error y proyectar un cierre de filas que a día de hoy no existe en el socialismo. Si acaso, puede hablarse de una tregua provisional y de un apoyo temporal a Sánchez para no perjudicar al PSOE en puertas de las elecciones generales. Lo que pasará después es una incógnita. Sánchez será proclamado hoy en Móstoles en un acto donde será presentado por Susana Díaz y donde no está claro si acudirá Puig. Mañana tendrá otra cita clave en Barcelona, donde presentará su gobierno en la sombra, un organigrama donde ha ido a lo seguro rescatando a figuras como Josep Borrell o Margarita Robles.

díaz defiende a puig Sánchez reunió ayer a última hora de la tarde a sus barones con carácter previo a su ratificación para calmar las aguas y preparar el cónclave de hoy. A su entrada al encuentro, al que no acudió Puig, Susana Díaz se mostró muy condescendiente con la actitud del valenciano, al que llegó a calificar de persona “noble y entrañable”. A pesar del mal trago ocasionado a Sánchez, dijo que todas las decisiones que toma Puig las considera “pensando en lo mejor para Valencia”, y que estaba convencida de que al final accedería a los criterios del PSOE porque es una persona “buena” y todo lo hace “con buena intención”. La dirección había rechazado la apuesta valenciana con el argumento de que no se puede ir en coalición con un partido que apuesta por un referéndum de independencia en Catalunya, y recordando que cualquier alianza debe forjarse con partidos territoriales y no de dimensión estatal como Podemos. Puig estuvo en un acto público mientras tenía lugar el cónclave del PSOE, y siguió defendiendo el pacto.