MADRID. El diputado de Amaiur Sabino Cuadra rechaza rectificar y pedir perdón por haber arrancado varias hojas de la Constitución en la tribuna del Congreso, porque considera que "no es una ofensa", por lo que ahora se enfrenta a posibles medidas disciplinarias.
La Mesa del Congreso ha aprobado hoy una resolución en la que exige a Cuadra que pida disculpas y retire esa "inaceptable ofensa" o le impondrá "las más severas medidas disciplinarias" previstas en el Reglamento de la Cámara.
A tal efecto, el presidente del Congreso, Jesús Posada, ha citado al propio Cuadra y al portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, a una reunión el próximo jueves, en la que espera que el diputado abertzale retire la "ofensa proferida".
Por el contrario, Cuadra se ha reafirmado hoy en su actitud, y ha insistido en que se trató de un gesto "normal" para reforzar su discurso de que la Constitución no es un símbolo de libertad "sino de imposición".
"No entendemos que sea una ofensa personal ni institucional. Si alguien se ha sentido ofendido no era nuestra intención pero no tengo nada más que añadir", ha insistido Cuadra en los pasillos del Congreso.
Cuadra ya ha avanzado que en la reunión del jueves le transmitirá a Posada este mismo mensaje, y ha recordado que el propio presidente del Congreso dio el asunto por zanjado cuando le llamó al orden el mismo día del incidente.
No obstante, el diputado de Amaiur ha reconocido que no le da igual que le "castiguen" por lo que espera que reine la "sensatez" en la Mesa y que el incidente se entienda como un "ejercicio normal de la libertad de expresión".
Cuadra ha asegurado además que el gesto de romper una Constitución no fue una decisión personal, sino una resolución colectiva de su partido que trataba de expresar su rechazo al contenido de la Carta Magna.
Grupos parlamentarios como el PP han invocado al artículo 106 del Reglamento de la Cámara para castigar el gesto de Cuadra.
Este artículo establece que si un diputado provoca "desorden grave con su conducta de obra o de palabra" en el recinto parlamentario, sea o no en el pleno, será expulsado y el presidente le retirará su acta durante un mes, sin perjuicio de que la Mesa le pueda ampliar la sanción.
En su momento, Posada no le expulsó del hemiciclo, y se limitó a llamarle al orden por un gesto que consideró "inadmisible y censurable".