gasteiz - Quedan prácticamente dos meses para celebrar el Día de la Memoria, la jornada en que las instituciones vascas recuerdan a las víctimas del terrorismo y la violencia. Por ello, el Gobierno Vasco aún no tiene ultimados los detalles de la conmemoración, máxime cuando no pretende actuar por su cuenta, sino hacer suyo el acuerdo al que llegue el Parlamento para celebrar ese día, según las fuentes consultadas por DNA. La jornada ideal para el gabinete de Iñigo Urkullu sería aquella que viniera respaldada por un máximo consenso desde la Cámara vasca, y que tomara como base las reivindicaciones de la iniciativa Eraikiz, impulsada por un colectivo plural de víctimas tanto de ETA y los GAL como de abusos policiales y del franquismo. Esa iniciativa, que anteayer mismo recaló en el Parlamento y pidió a los partidos que reactiven la Ponencia de Paz, reclama a las formaciones que reconozcan a todas las víctimas sin discriminaciones, que admitan que el recurso a la violencia estuvo mal ayer y hoy, y también que no se homenajee a quien practicó la violencia ni se lancen mensajes de exaltación en ese sentido.

Las fuentes del Gobierno Vasco consultadas por este periódico creen que las peticiones de Eraikiz son perfectamente asumibles y, no solo eso, sino que también serían una “buena referencia” para llevar a cabo la conmemoración. Hasta la fecha, no ha sido posible celebrar un homenaje unitario. En las últimas convocatorias, quien se ha descolgado ha sido el PP, porque considera que incluir a las víctimas policiales no hace sino justificar la teoría del conflicto y de los dos bandos enfrentados. El PSE y la izquierda abertzale no plantean ninguna objeción al reconocimiento de todas las víctimas, pero también ahí afloran algunos matices. El socialismo quiere contextualizar los homenajes y dejar claro que el recurso a las armas fue injusto, de tal modo que, cuando se homenajee a víctimas que puedan tener algún vínculo con la organización armada pero que han sufrido abusos policiales, se deje claro que nadie pretende compensar la violencia de ETA con otro tipo de violencias. La izquierda abertzale, por su parte, sigue mostrando reservas a la hora de asumir esa injusticia de la violencia.

Desde Lakua tienen claro que debe recordarse a todas las víctimas, pero también rechazar el recurso a las armas, en el pasado y en el presente. “Cuando hacemos memoria, la hacemos porque han ocurrido cosas que no deberían volver a ocurrir. Esa es la clave de la memoria, recordar aquello que no debe repetirse. Fue injusto el terrorismo de ETA, como lo fue el de los GAL o el BVE, y hay que recordar que en algunos momentos el Estado de Derecho no actuó como tal, sino que fue injusto”, explicaron las mismas fuentes.

Ese matiz engarza con la polémica suscitada en las últimas jornadas tras la detención de varias personas en Otxandio por recordar a Luzia Urigoitia. Son sospechosas de haber incurrido en un delito de enaltecimiento del terrorismo por haber homenajeado a una miembro de ETA fallecida en extrañas circunstancias, al parecer tras haber recibido un disparo de las fuerzas de seguridad a escasos centímetros de su nuca. El Gobierno Vasco ha recogido su caso en los retratos de la memoria, aunque lo ha hecho en el apartado de los sucesos que necesitan una mayor investigación para su esclarecimiento. La izquierda abertzale ha enarbolado el informe para pedir a Lakua que ampare a los detenidos, pero el Gobierno Vasco ha aportado dos matices. Por un lado, diferencia los actos de homenaje a una persona por su condición de víctima de abusos policiales y los actos de homenaje por su militancia en ETA, un segundo formato que ni por asomo tolera Lakua y que no sabe si es el supuesto que se ha dado en el caso de las detenciones. Por otro lado, y enlazando con lo anterior, respaldará todos los actos de homenaje siempre y cuando se deje clara la injusticia de la violencia.

casos En ese sentido, los casos que recogen los retratos de la memoria de Lakua reflejan un abuso de las fuerzas de seguridad y una situación de indefensión de las víctimas. No se recoge ningún fallecido en tiroteos ni manejando explosivos. Solo son casos de miembros de ETA abatidos a disparos sin opción de rendirse, o rematados en el suelo como podría haber sido el caso de Urigoitia. Hay otros episodios muy célebres, como el de Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur. Su caso figura en los retratos entregados al Ayuntamiento donostiarra. Bergaretxe era dirigente de ETA (pm) y fue secuestrado, sin que hasta la fecha haya aparecido su cadáver. Los hechos se retrotraen a 1976 y, aunque no han prescrito, la Audiencia Nacional los ha archivado porque resulta imposible dilucidar si fue asesinado por miembros de la organización críticos con sus ponencias, por la Triple A o por neofascistas italianos contratados por los servicios secretos españoles.

También figura el fallecimiento del militante de ETA Xabier Kalparsoro, que al parecer cayó de un segundo piso de la Comisaría de Policía de Indautxu. Aparece igualmente Jon Anza, desaparecido al tomar un tren en Baiona. Fue hallado muerto sin signos de violencia, pero la familia ve sospechoso que el cuerpo fuera escondido “once meses”, y acusa a los servicios españoles y franceses.

Víctimas. EH Bildu presentó ayer una proposición no de ley en el Parlamento Vasco para reivindicar “el derecho de todas las víctimas sin excepción y en igualdad a la memoria, la justicia, la verdad y la reparación” y, en consecuencia, para “denunciar” las cuatro detenciones practicadas por la Guardia Civil en Otxandio por el homenaje a Luzia Urigoitia. La iniciativa de EH Bildu reclama la retirada de todos los cargos contra las cuatro personas detenidas e insta al Gobierno vasco a que “ampare” los actos que tengan como objetivo “recordar y homenajear el sufrimiento de las víctimas, sin establecer categorías”.