Gasteiz - Tania González, europarlamentaria de Podemos, ha aprovechado su visita a suelo vasco para dejar claro que el tren de alta velocidad no entusiasma a su formación. En el marco del viaje cursado a Euskadi por varios eurodiputados, prefirió apostar por el ferrocarril convencional por ser el más económico, y rechazó por el contrario las grandes infraestructuras de la alta velocidad, que a su juicio forman parte de la “cultura del ladrillo”, no responden a las necesidades sociales y “la práctica nos demuestra que no son líneas rentables”. En los últimos meses la izquierda abertzale había aplaudido la irrupción de Podemos, ya que lo veía como posible socio o muleta en las instituciones porque defiende el derecho a decidir y coinciden en algunos planteamientos económicos, y ahora aflora un tercer argumento que podrían compartir ambos partidos. Sin embargo, esas coincidencias comienzan a ser un arma de doble filo porque parte del electorado de EH Bildu puede fugarse a Podemos, y algunas encuestas han arrojado resultados preocupantes para la izquierda abertzale, como el Navarrómetro que prevé la victoria del partido de Pablo Iglesias en la comunidad foral. En ese contexto, Sortu ha comenzado a intentar diferenciarse de Podemos para amarrar al electorado, poniendo en evidencia que esa formación defiende el derecho a decidir pero se opone a la independencia, y recordando las loas de Iglesias a la Guardia Civil en un mitin.

González puso en solfa el TAV ante las preguntas de Radio Euskadi, que insistió en conocer si se opone o no a las obras y, aunque la eurodiputada no llegó a utilizar ese término y solo dijo que “cuestiona” las grandes infraestructuras de alta velocidad, quedó patente su frialdad con respecto al TAV. Además, no se trataría de una respuesta improvisada. El documento económico presentado por Podemos a nivel estatal en noviembre pone en duda la política de infraestructuras de PP y PSOE y llega a pedir una moratoria para el tren de alta velocidad. Sin embargo, el documento también pide congelar la construcción de otras grandes infraestructuras, como puertos o aeropuertos, porque a su juicio han servido de caldo de cultivo para prácticas corruptas y han comportado un elevado gasto público.

La eurodiputada Tania González, por su parte, dijo ayer que las grandes infraestructuras forman parte de la cultura del ladrillo, un discurso que comparte la izquierda abertzale. A pesar de las similitudes que han aflorado en los últimos tiempos, el secretario general de la formación en Euskadi, Roberto Uriarte, ha asegurado que son contrapuestos en materia de paz y convivencia.