Bilbao - Cuando las aguas parecían haber vuelto a su cauce y después de que PNV y Sortu se emplazaran a seguir negociando para buscar un acuerdo sobre paz, la izquierda aber-tzale sembró ayer un nuevo motivo de discordia que podría contribuir a enrarecer sus relaciones en un momento ya de por sí delicado, en puertas de las elecciones municipales y forales de mayo. Ambos mantienen una interlocución normalizada y los jeltzales acompañan desde hace meses a la izquierda abertzale para que profundice en su autocrítica y atraiga al socialismo a la Ponencia de Paz, lo que permitiría reactivar ese foro parlamentario. La semana pasada atravesaron un importante bache en su relación, se acusaron de haber filtrado datos de las conversaciones y el PNV criticó el documento de Sortu. Sin embargo, lograron sobreponerse y se emplazaron a seguir negociando. Anteayer, el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, solo tuvo buenas palabras y dijo confiar en la voluntad del líder del PNV, Andoni Ortuzar. Pero ayer, veinticuatro horas después y por sorpresa, Sortu acusó a Ortuzar de haber puesto como condición para acordar no interponer denuncias contra el PNV ni impulsar comisiones de investigación. Una acusación que por su gravedad podría herir la confianza entre ambos partidos y que, además, los jeltzales aseguraron que era completamente falsa.

En bruto y sin contextualizar cómo ni dónde realizó esas declaraciones, la nota daba pie a interpretar que se trataba de algo turbio y que el jeltzale puso esa condición en privado, en el marco de las conversaciones sobre paz con la izquierda abertzale. La nota arrancaba sin preámbulos asegurando que “el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, puso como condición para posibles acuerdos no poner denuncias o impulsar comisiones de investigación”. Solo la versión en euskera situaba algo más esas declaraciones al asegurar que el jeltzale las había realizado el día anterior.

Una nota posterior del PNV aclaró que Sortu se refería a una entrevista concedida a las 22.15 horas en el programa Gabon de Onda Vasca, de modo que las declaraciones fueron públicas. Pero, además, matizó que Ortuzar no se refirió a las conversaciones sobre paz, sino que opinó en general que las denuncias de la izquierda abertzale contra cargos del PNV por presuntas irregularidades se contradicen con su apuesta por llegar a acuerdos. Por ello, acusó a Sortu de querer manipular a los periodistas y a los ciudadanos en general.

Muy entrada la tarde, a las 19.00 horas, Sortu envió otra nota aclarando que reaccionaba a una entrevista en Onda Vasca y no se refería a contenidos tratados en ninguna reunión con el PNV. Aunque esa rectificación podría ser un gesto de distensión, ayer no motivó ninguna reacción adicional por parte de los jeltzales, que además creen que la izquierda abertzale transcribió incorrectamente las palabras de Ortuzar porque siguió aludiendo en su nota a “un acuerdo” en singular, en lugar de “acuerdos” en plural y en general, no solo de paz.

elecciones Las acusaciones de Sortu podrían causar sorpresa porque Arraiz se había expresado en un tono muy conciliador un día anterior y porque, aunque la fórmula de los comunicados suele reservarse para cuestiones de alcance, en realidad las declaraciones que criticó Sortu no son novedosas sino que el parlamentario Iñigo Iturrate ya se había expresado en términos casi idénticos el pasado mes. La novedad estriba en que el rifirrafe con Sortu llega en plena precampaña. Ambos partidos son rivales naturales en las urnas. Además, en determinados ámbitos se apunta que la coalición pactada en las últimas horas entre el PNV y el alcalde de Gernika-Lumo, José María Gorroño, de EA, ha encendido los ánimos de la izquierda abertzale. Puede perder un ayuntamiento que, junto a Bermeo, es el más importante de los que gobierna en Bizkaia. En la entrevista de la discordia, Ortuzar había aludido de hecho al pacto con Gorroño, contrapuso la capacidad de “llegar a acuerdos” de su partido con las formas de Bildu, y no descartó que haya más casos de candidatos descontentos con la izquierda abertzale.

No es un detalle menor que, en su nota de respuesta, el PNV insistiera y atribuyera el entuerto de ayer al “nerviosismo” de Sortu por el pacto con Gorroño, “que no es sino la primera manifestación pública de los problemas y tensiones que se están viviendo en el seno de EH Bildu a la hora de configurar las listas electorales bajo los criterios que la propia Sortu quiere imponer al resto de formaciones que habitan bajo su sigla”.

Al margen del daño que puedan ocasionar las pugnas preelectorales a la marcha de las conversaciones, lo cierto es que existe un problema de fondo y contenidos: no han logrado ponerse de acuerdo en materia de paz porque el PNV cree que la izquierda abertzale ha presentado un documento con un modelo de contrapartidas, que condiciona el desarme a que las fuerzas de seguridad del Estado abandonen Euskadi. Aunque seguirán las conversaciones, hay cierto bloqueo en los contenidos y, a medida que se aproximen las elecciones, los partidos se arriesgan a que el acuerdo sea más difícil: a las discrepancias de fondo se sumará el enrarecimiento de relaciones por la pugna electoral.

Ayer, Sortu denunció que el PNV le pide callar “sus prácticas irregulares y corruptelas a cambio de alcanzar acuerdos para la resolución de las consecuencias del conflicto”. “Aunque Sortu quiera acuerdos en ese ámbito, no va a ser cómplice de intentos de ocultamiento de prácticas corruptas o irregulares”, zanjó. La Ejecutiva del PNV emitió una nota donde acusaba a la izquierda abertzale de “proseguir con su campaña de desprestigio”.

En la entrevista, buena parte de la conversación se centró en las presuntas irregularidades y en las denuncias de la izquierda abertzale contra los jeltzales. El periodista pide a Ortuzar que precise si, en ese contexto enrarecido, habrá que “dejar de hablar del resto de cuestiones”, como la normalización, hasta que pasen las elecciones. Aunque el periodista sí citó la paz, Ortuzar no la mencionó en su respuesta, citó genéricamente que “hay nerviosismo y contagio preelectoral que se extiende a todas las cosas”, y habló de acuerdos en plural sin centrarlos en la paz. Dijo que el PNV ve “una izquierda abertzale que no termina de elegir, y la izquierda abertzale tiene que elegir”. “Si quiere acuerdos con el PNV, tiene que ser más leal en la relación con el PNV en todos los ámbitos. No se puede estar por las mañanas en los juzgados denunciando, y por las tardes pidiendo acuerdos”, dice. Opinó que la izquierda abertzale busca el desgaste de su partido porque le está pisando los talones en Gipuzkoa y que, para ello, lo lleva a los juzgados y a comisiones de investigación. “Pero luego apelan a nosotros. Y, hombre, nosotros nos tenemos que defender”, zanjó.

En su nota, la Ejecutiva jeltzale explica que Ortuzar se refiere en su respuesta a la dificultad de dialogar y alcanzar acuerdos con Sortu, “una complejidad mayor cuanto más intensa y hostil es esa estrategia de acoso y derribo que la izquierda abertzale lleva meses orquestando contra la reputación, la honradez y la dignidad” del PNV. El partido entiende que la única que pone condiciones y obstáculos en el camino hacia la paz es Sortu.

Entrevista a Ortuzar. “Hay nerviosismo y contagio preelectoral que se extiende a todas las cosas. Yo cuento la feria según la veo yo (...). Y nosotros vemos a una izquierda abertzale que no termina de elegir, y la izquierda aber-tzale tiene que elegir. Si quiere acuerdos con el PNV, tiene que ser más leal en la relación con el PNV en todos los ámbitos. No se puede estar por las mañanas en los juzgados denunciando, y por las tardes pidiendo acuerdos”.