BIlbao - Con un estancamiento evidente que amenaza con acogotar el proceso de normalización política de Euskadi, el PNV volvió a tender la mano a los dos actores principales, ETA y el Gobierno español, para estabilizar el nuevo tiempo. El responsable del área de Organización y Procesos Electorales de la formación, Joseba Aurrekoetxea, emplazó a ambos a “tomar decisiones” que fortalezcan un escenario abierto en el que no otea riesgo de involución en el horizonte. Eso sí, advirtió de que los jeltzales trabajarán bajo la guía de la “discreción, arriesgando si es necesario, sin buscar ni protagonismos ni réditos; pero tampoco como tontos útiles o recadistas”.

Habida cuenta de que el adiós a las armas de ETA en octubre de 2011 parece no tener vuelta atrás, en lo que se reafirmó en un comunicado reciente, el burukide emplazó a la organización armada a dejar de “mirar al contrario -por el Gobierno español-” y cumplir “con su decisión, lo que le hará tener credibilidad” ante una sociedad vasca que ansía alcanzar de una vez por todas la cima de la normalización política. “Si no parecerá que se juega primando más el cálculo y ganar posiciones que el objetivo final” del proceso, abundó. En una entrevista publicada en la web del PNV, el dirigente también apuntó hacia el Ejecutivo de Madrid como causante del impasse del proceso de paz. Lo hizo, más concretamente, en referencia a la política penitenciaria que desde Moncloa se sigue manteniendo vigente sin apenas variar un ápice pese al nuevo tiempo. Es otro de los principales escollos a salvar. “Con el convencimiento de todos, incluido el Estado”, de que el adiós de ETA no tiene marcha atrás, instó a “revisar y eliminar la legislación de excepcionalidad” que se sigue aplicando a los presos.

Aurrekoetxea asumió que el papel de la formación de Sabin Etxea en la pacificación es “primar el objetivo” de la paz. Se trata de “estabilizar un escenario de convivencia, y en ello estamos”. Es el caso del Gobierno Vasco, “planteando propuestas e iniciativas con el mayor consenso posible”. No en vano, expuso un riesgo evidente: el proceso podría descarrilar “si no se hace nada”, por los que ahondó que “nuestra responsabilidad con la sociedad nos obliga a ser activos”.

También analizó el plazo corto que marca en rojo la agenda política vasca. Miró a las elecciones municipales y forales, en las que el PNV presentará unas “garantías” que se basan en “cercanía, honradez, ilusión y ambición por hacer crecer Euskadi”. Sin rebajar un ápice la tensión, el burukide llamó a “seguir por la senda marcada y no dormirse”.