PARÍS. Las dos jóvenes nacidas en 1994 -y que han vivido desde entonces con las familias que las adoptaron sin saberlo- recibirán 400.000 euros cada una, mientras los padres que se habrían querellado contra el centro sanitario tendrán una indemnización de 300.000 euros y los hermanos 60.000.

Gilbert Collard, abogado de Sophie Serrano, la madre de una de ellas, y de la hija, Manon, destacó en una entrevista a la emisora de radio "France Info" que sus clientas "están aliviadas" sobre todo "porque se ha reconocido la responsabilidad de la clínica".

Además, Collard señaló que en el dictamen queda claro que las madres no tuvieron "ninguna responsabilidad", como el hospital quiso atribuirles, con el argumento de que no se habían extrañado cuando les entregaron los bebés equivocados.

El abogado consideró que, más allá de la indemnización fijada por el tribunal, el perjuicio "es irreparable" porque lo que se produjo fue "un extraordinario descarrilamiento existencial".

En cualquier caso, añadió que pese a todo tras esta "especie de adopción forzada (...) el amor ha sido más fuerte que la muerte", como lo prueba que las dos jóvenes sigan viviendo con las familias en las que han sido criadas, que no tuvieron la convicción del error hasta muchos años después del nacimiento.

El error se descubrió diez años después del parto, cuando el padre de la pequeña Manon Serrano solicitó que se le practicaran pruebas de ADN a su hija, que no guardaba semejanza física con él, y sospechaba que la madre le había sido infiel.

Los exámenes determinaron que, efectivamente, sus padres no eran sus progenitores biológicos, lo que desencadenó una investigación.

Después de que una primera denuncia penal no prosperase, los padres reclamaron en un proceso civil una indemnización de 3 millones de euros para cada niña, además de 4,5 millones de euros para los padres y 750.000 euros para cada hermano y hermana.