KIEV. Así lo anunció Vladímir Lukín, enviado especial del presidente ruso, Vladímir Putin, junto al edificio del Ayuntamiento en Slaviansk, según medios locales.
"Esto ha sido un acto voluntario y humanitario. Estamos muy agradecidos al jefe de la ciudad", dijo Lukín, en alusión al autoproclamado alcalde de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov.
Lukín, quien cifró en doce los liberados por los insurgentes, expresó su esperanza de que la liberación sea el primer paso para la pacificación de la situación en la zona.
"Nos gustaría que esto fuera seguido por otros actos humanitarios, en particular, el cese de los enfrentamientos y que las partes se sienten en la mesa de negociaciones", destacó.
Poco antes, Ponomariov adelantó que pondría en libertad a los inspectores retenidos en Slaviansk, localidad contra la que Kiev lanzó en la madrugada del viernes una operación antiterrorista.
"Los voy a liberar. Son mis invitados y no quiero que resulten heridos", dijo.
Los insurgentes prorrusos acusaban a los inspectores (tres alemanes, un polaco, un danés y un checo, además de un intérprete alemán) de espiar para la OTAN.
Esta semana Putin criticó a los inspectores militares por no coordinar su llegada a la región minera de Donetsk con los insurgentes prorrusos, que controlan varios edificios gubernamentales.
Hasta hoy los insurgentes sólo habían puesto en libertad a uno de los inspectores, el sueco Thomas Johansson, por motivos de salud y por el hecho de que su país no es miembro de la OTAN.
Occidente había instado a Rusia a ejercer su influencia sobre las milicias prorrusas para que liberen a los secuestrados, a lo que Moscú ha respondido que su ascendencia sobre los insurgentes es mucho menor de lo que se cree.
Los inspectores no pertenecen a la OSCE, pero viajaron a Ucrania bajo el amparo de esa organización, que es la encargada de supervisar la aplicación de los Acuerdos de Ginebra.
Según las autoridades, los milicianos prorrusos mantienen secuestrados en Slaviansk a varios militares ucranianos y a varios periodistas.