GASTEIZ - Cuando Iñigo Urkullu ganó las elecciones y arrancó la legislatura, anunció que abordaría con carácter prioritario la gestión de la crisis económica, aunque tampoco descuidaría la paz y la búsqueda de un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi, en ese orden. Ese esquema de prioridades parece contar con el visto bueno de la ciudadanía de la CAV. El gabinete de prospección sociológica del Gobierno Vasco, que publicó ayer una encuesta sobre su labor, preguntó a los vascos por el nivel de relevancia que conceden a esos retos, y coincidieron en colocarlos en el mismo orden que Lakua. A su juicio, de esos tres puntos, la gestión de la crisis es el cometido más "importante" y también más "urgente" que debe abordar Urkullu, seguido de la paz y, algo más lejos, el nuevo estatus, con un 6,8 sobre 10 en nivel de urgencia frente al 8,7 de la economía. Aunque no crean que el debate del autogobierno deba resolverse inmediatamente, se percibe como una tarea relevante ya que, en nivel de importancia, sube hasta un 7,2. Los recelos del electorado constitucionalista, que puntúan con menor entusiasmo el nuevo estatus aunque siempre por encima del aprobado, han contribuido a bajar su nota, pero también puede haber influido a la hora de percibirlo como reto menos urgente que la crisis sigue golpeando a los ciudadanos, y que la paz también parece una cuestión de mayor actualidad e inmediatez por las novedades sobre el desarme de ETA y las peticiones de acercamiento de los presos.
Esas respuestas del sondeo, elaborado entre el 31 de marzo y el 1 de abril a través de 1.096 entrevistas telefónicas, no implican por sí solas que la ciudadanía avale la acción del Gobierno, ya que no se recoge si percibe que Lakua, efectivamente, está actuando siguiendo ese orden de prioridades. Solo se pide que señalen el grado de urgencia y de importancia de esos retos, lo que arroja un esquema que coincide con el orden de prioridades que fijó Urkullu. No se mencionan otros retos que la ciudadanía puede tener en mente y que podrían considerar igualmente relevantes, pero el sondeo sí pone al descubierto que, al menos, creen que esos tres puntos son urgentes, de modo que no sería impertinente que Lakua los aborde.
En cualquier caso, la encuesta sí arroja indicios de satisfacción, ya que el Gobierno aprueba con un 5,7, tres décimas más que hace un año, y no acusa el desgaste de la gestión en tiempos de crisis. Una mayoría (57%) cree que conoce las necesidades de la ciudadanía. Además, al margen del compromiso verbal del lehendakari con esos tres ejes, a través de su práctica puede cotejarse que arrancó el mandato centrándose en la economía, y no solo por el azote de la crisis sino porque, tras la prórroga presupuestaria de abril de 2013, tuvo que centrar sus esfuerzos en evitar un segundo veto, tejer acuerdos anticrisis y recomponer las maltrechas relaciones entre los partidos. Convocó una mesa institucional y pactó un plan de reactivación con las diputaciones; y reunió a la oposición para discutir sobre fiscalidad, empleo, políticas públicas y la arquitectura institucional vasca.
El diálogo desembocó en un pacto global con el PSE -el PP se unió al apartado fiscal-, y permitió aprobar las Cuentas. Lakua sigue desarrollando los planes de reactivación y lucha contra el fraude pero, una vez engrasadas las relaciones, y ahora que la CAV enfila la recuperación, puede abordar con mayor intensidad la paz y el autogobierno, también en ese orden. De hecho, primero hincó el diente a la convivencia, presentando en junio de 2013 el Plan de Paz. Fue a finales de año cuando comenzó a preparar la ponencia del nuevo estatus, que seguirá unos ritmos menos exigentes para poder labrar consensos amplios.
Los ciudadanos, en cuanto al nivel de urgencia, sitúan la crisis a la cabeza con un 8,7, seguida del 7,9 de la paz y el 6,8 del estatus. En importancia, la economía vuelve a situarse en primera posición con un 9,1 frente al 8,5 de la paz y el 7,2 del autogobierno. Esa jerarquización se repite entre los votantes de todos los partidos del Parlamento. En el apartado de las reprimendas, creen que Lakua no está explicando suficientemente sus proyectos (52%). A la hora de enjuiciar si está resolviendo los problemas, solo un 7% lo cree, frente al 31% que opina que no sabe cómo hacerlo. No obstante, un 51% matiza que sabe cómo abordarlos, pero que necesita más tiempo. En cualquier caso, valoran su honestidad (5,9), su cercanía con los problemas de la ciudadanía (5,1), y su capacidad de gestión (5,8), de liderar un proyecto de futuro (5,7), y de llegar a acuerdos (5,6). El socialista José Antonio Pastor aseguró ayer en Onda Cero que Lakua, más que necesitar tiempo, lo está perdiendo, y que la prioridad de Urkullu no es la crisis.
El lehendakari es aprobado por el 87%, cifra similar a la de sus consejeros, aunque cierran la lista Ricardo Gatzagaetxebarria (75%), Jon Darpón (74%) y Estefanía Beltrán de Heredia (70%). La oposición suspende. EH Bildu está en cabeza con un 4,7.