vitoria. La relación del alcalde con el movimiento asociativo de Vitoria empieza a parecerse a una tensa partida de ajedrez. Hace unos días 28 colectivos vecinales -de los 32 operativos que hay en la ciudad- se unieron en uno solo para denunciar al equipo de gobierno por su afán de "cargarse la participación ciudadana" con el incumplimiento de la normativa municipal y los nuevos recortes en las subvenciones. Javier Maroto no tardó en contraatacar, pero a su manera, acusando a algunos de ellos de usar buena parte del dinero "en IPhones y material de oficina" en vez de gastarlo en los barrios. Una afirmación que ha obligado a las asociaciones a mover otra vez ficha. Según dicen, el primer edil, lo único que busca es "poner el ventilador", obviando el debate de fondo, "con falsedades o medias verdades" que sólo buscan desacreditar a quienes ponen voz a las necesidades ciudadanas.

Según el documento facilitado por el PP sobre el dinero utilizado en llamadas telefónicas, son cuatro de casi treinta las asociaciones que alcanzan un desembolso superior al 50% de su gasto total: Batán-Mendizorrotza, Los Arquillos, Huetos Montal y Miguel de Unamuno. Son, precisamente, las que menos fondos reciben del Ayuntamiento por tener una baja actividad. Y en todas ellas, el gasto total anual justificado ronda los 1.000 euros, cuando la media se sitúa en 7.000. Desde el movimiento asociativo justifican estas cifras porque "son las más pequeñas y con menos subvención global". Además, el presidente de la FAVA, Antonio Estébanez, afirma que en lo que a él le toca, como líder de Huetos Montal, hay otra explicación. "Hasta fusionarnos con Ataria, éramos nosotros los que usábamos el teléfono, así que el gasto de Ataria era cero. Y seguro que el resto de colectivos también pueden dar sus razones", sostiene. Estébanez aclara, además, que con las subvenciones municipales "no se pueden comprar IPhones ni ordenadores". Los responsables municipales, por contra, "sí que tienen móviles pagados por los contribuyentes", por lo que el líder de la FAVA lamenta la táctica utilizada por el alcalde para no hablar de las cosas que son realmente importantes. "El PP ya no tiene a sus tontos útiles en las asociaciones. Y eso le molesta. Además, los partidos quieren que las asociaciones seamos combativas cuando están en la oposición, y cuando gobiernan, que nos callemos. Eso se llama utilización ciudadana", dice. Mientras Estébanez tacha a Maroto de "pequeño dictador", Guillermo Perea tilda su estrategia de "miserable". El líder de Zazpigarren Alaba cree que el PP intenta "desacreditar al movimiento asociativo porque no lo puede callar, en vez de responder a nuestra denuncia". Por eso -según dice- se han vuelto a reducir los recursos destinados a estos colectivos. Su asociación se deja sólo en poder navegar 700 euros, pero este año el gobierno ha limitado a 500 el desembolso en Internet y teléfono, y ya sólo subvenciona el 70% del gasto total justificado. El objetivo final: "que desaparezcamos".