Vitoria. La empresa de comunicación corporativa Cabiria Producción Cultural ha alzado su voz contra el concurso público del servicio de community manager de Irekia, la plataforma on line del Gobierno Vasco, a la que acusa de haber infringido los principios de "igualdad y transparencia", y de favorecer a la firma que resultó adjudicataria.

Tras ser desestimado el recurso de alzada que interpuso ante Lehendakaritza del Gobierno Vasco, de la que depende la Dirección de Gobierno Abierto y la plataforma Irekia, la directora de Cabiria, Mónica Carmona, ha reiterado a DNA la acusación de que los criterios específicos para la adjudicación del concurso eran desconocidos para todos los licitadores, "a excepción" de la empresa que finalmente ganó el concurso. Pese a este convencimiento, la firma demandante, que se encuentra en pleno proceso de cambio de su domicilio social de Madrid a Gasteiz, ha descartado llevar al Gobierno Vasco a los tribunales debido a que el concurso, de un año de duración y que termina el próximo 31 de diciembre, "habrá expirado para cuando se llegue a juicio".

Por segundo año consecutivo, la empresa bilbaina Peccata Minuta Design, dedicada a la gestión, producción y dirección artística, ha resultado adjudicataria del servicio de community manager del Gobierno Vasco que, según se especifica en el pliego de condiciones, tiene por objeto "dinamizar" el uso de la Red y la comunicación on line del Gobierno Vasco en el colectivo de funcionarios y altos cargos. La firma recurrente, Cabiria Producción Cultural, quedó relegada al segundo puesto en ambos concursos públicos.

Esta empresa, especializada en comunicación y entre cuyos clientes destacan El Corte Inglés y el Grupo Zeta, decidió presentar el pasado mes de febrero un recurso de alzada ante la resolución del último concurso, el correspondiente al año 2012. En el escrito, la abogada de Cabiria, Marta Buesa, reclama la nulidad del proceso de adjudicación y su repetición, debido a que la empresa recurrente desconoció hasta que se decidió el concurso la existencia de siete "subcriterios" que no estaban recogidos ni en el pliego de condiciones ni el anuncio de licitación.

La letrada de Cabiria hace referencia a que los pliegos detallaban únicamente cuatro "criterios" con sus consiguientes puntuaciones, que deberían ser valoradas durante el concurso.

En concreto, a la metodología organizativa de trabajo se le adjudicaban diez puntos como mínimo; al trabajo de los profesionales, diecisiete puntos; al destino de los recursos económicos, diez puntos, y a los recursos técnicos, doce puntos máximos.

Sin embargo, tras la decisión de Lehendakaritza de adjudicar a Peccata Minuta el concurso, las restantes seis empresas licitadoras se enteraron de que se habían valorado una serie de "subcriterios", que llevaban aparejados una determinada puntuación. Se supo a posteriori, por ejemplo, que el porcentaje destinado a sueldos contaba dos puntos como máximo o que el software elegido valía hasta seis puntos.

sin igualdad ni transparencia La abogada de Cabiria alega que el Tribunal de las Comunidades Europeas ya dictaminó en una sentencia sobre un caso griego que "una entidad adjudicadora no puede aplicar reglas de ponderación o subcriterios relativos a los criterios de adjudicación que no haya puesto previamente en conocimiento de los licitadores".

Por tanto, asegura en su escrito Marta Buesa, el concurso "ha infringido los principios de igualdad y transparencia", ya que los subcriterios valorados eran "desconocidos" para todos los licitadores, "a excepción casualmente de la empresa que ha resultado adjudicataria".

En respuesta al recurso de alzada, el secretario general de la Presidencia, Manuel Salinero, desestimó la demanda, alegando que los criterios de adjudicación se han aplicado "de manera uniforme a todas las empresas participantes". Ante la acusación de que Peccata Minuta conocía los subcriterios, a diferencia de las otras licitadoras, Salinero aseveró, en una resolución fechada en mayo, que esta argumentación "no pasa de constituir una mera afirmación o suposición que no goza de ningún elemento probatorio".

En declaraciones a este periódico, la directora de Cabiria Producción Cultural descarta la vía del recurso contencioso-administrativo pero insiste en sus acusaciones. "De 49 puntos posibles en el apartado que requiere un juicio de valor de la Mesa de Contratación, Peccata Minuta obtuvo 49, gracias a que consigue la máxima puntuación en todos los subcriterios, porque sabían lo que tenían que poner". Otro elemento sospechoso es, a juicio de Mónica Carmona, que la oferta de la empresa que ganó el concurso -de 94.285 euros por un año de servicio-, fue la más alta de todas las empresas licitadoras.

dos veces ante 'gigantes' A la directora de Cabiria también le llama la atención que la empresa bilbaina haya ganado por dos veces un concurso al que se presentaron gigantes como Indra Sistemas y otras firmas especializadas en comunicación, sector "en el que nadie conoce" a la firma adjudicataria del servicio de community manager. "Ni siquiera tenía perfiles en las redes sociales cuando ganaron su primer concurso", achaca. Y es que, como asegura en su propia página web, Peccata Minuta está integrada por "un equipo de profesionales de la industria cultural, el ocio y la creatividad, especializados en la gestión, la producción y la dirección artística".

Carmona revela asimismo que, tras la apertura de plicas, varias empresa licitadoras mostraron su malestar por las condiciones en las que se había realizado el concurso público.