Los múltiples asesinatos siguen marcando el día a día de México, un país envuelto por un clima de violencia y dominado por el poder del narcotráfico, que además se encuentra inmerso en una campaña electoral que culminará el próximo 1 de julio con la elección del nuevo presidente del país.

Tras los asesinatos ocurridos esta semana, las fuerzas mexicanas de seguridad hallaron en la madrugada de ayer al menos 49 cadáveres, la mayoría de ellos mutilados, en la cuneta de una carretera del municipio de Cadereyta, a pocos kilómetros de Monterrey, capital del estado de Nuevo León al norte del país.

La Policía, que en un principio informó de la existencia de 39 muertos, precisó que algunos de los cuerpos localizados en la carretera con destino a Reynosa, en el vecino estado de Tamaulipas, de los que seis eran mujeres y el resto hombres, se encontraban en bolsas de plástico negras, mientras otros fueron hallados totalmente al descubierto.

El hallazgo motivó la movilización de todas las fuerzas de seguridad, incluido el Ejercito (quien desde 2006 y a decisión del actual presidente, Felipe Calderón, es el encargado de la lucha contra los carteles de la droga), que por en los primeros momentos cerraron el acceso a la zona hasta el levantamiento de los cadáveres.

multihomicidios Esta matanza ha tenido lugar la misma semana que en Jalisco, a 800 kilómetros, se encontraron el miércoles pasado 18 cuerpos, algunos de ellos también decapitados. Cabe destacar que el multihomicidio ocurrido ayer sigue una tendencia que ha marcado todo este mes, ya que el pasado 4 de mayo, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fueron encontradas 14 personas decapitadas, que al parecer fueron asesinadas en respuesta a la muerte horas antes de otros nueve individuos, entre ellos cuatro mujeres, que fueron colgados de un puente.

De hecho, las autoridades jaliscienses informaron que el asesinato de las 18 personas dejadas dentro de dos vehículos en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos al amanecer del miércoles podría ser en venganza por las muertes en Nuevo Laredo.

A pesar de que ayer la policía no informó de si junto a los 49 cadáveres había un mensaje procedente de alguna organización criminal que se atribuyera la matanza, desde el septiembre pasado, cuando fueron hallados 35 cuerpos en un crucero de Boca del Río (Veracruz), se ha tenido constancia de que la mayoría de estos multihomicidios son ajustes de cuentas entre los grandes grupos del crimen organizado. La respuesta a la matanza en el puerto veracruzano, a la que incluso siguió otra de 36 personas, no se hizo esperar, y otros 26 cadáveres fueron encontrados en Guadalajara el pasado noviembre.

Desde el hallazgo de estos 26 cadáveres, la policía supo que entre los muertos hay personas que nada tienen que ver con los criminales o el narcotráfico, y que fueron secuestrados por ellos con el único fin de ser asesinados como una simple muestra de fuerza. Esta semana, tras la investigación de la identidad de las 18 víctimas encontradas el miércoles, se supo que varios de ellos eran estudiantes, camareros o albañiles.

ofensiva Cuando en 2006 el actual presidente Felipe Calderón asumió la presidencia mexicana, el gobierno decidió poner en marcha una dura ofensiva contra el narcotráfico y utilizar al ejército en la lucha contra los carteles de la droga, lo que ha dejado más de 50.000 muertos a lo largo de su mandato.

El último informe publicado en enero por la Procuraduría General de la República (PGR) de México, señala que la cifra de asesinatos ocurridos por la rivalidad entre las organizaciones dan cuenta que desde que se lanzó la ofensiva una media de 27 personas han sido asesinadas cada día, 819 al mes y 9.830 cada año hasta llegar a 47.515 al 30 de septiembre del 2011.

Lejos de mejorar, la situación se recrudece cuando nos adentramos en 2012, ya que la violencia en el primer cuatrimestre de este año registró un aumento del 16% respecto al último cuatrimestre de 2011, según datos ofrecidos por la consultora Lantia. Así, Nuevo León, estado en el que han sido hallados los últimos 49 cadáveres, es la entidad con el mayor incremento en el número de ejecuciones de un cuatrimestre a otro, con un incremento del 39%.

Pero la cifra de asesinatos no ha dejado ni mucho menos impune a la prensa. Según la estatal Comisión de Derechos Humanos, la cobertura sobre el narcotráfico realizada por los medios de comunicación ha dejado 77 periodistas asesinados desde el año 2000, 45 de ellos desde la entrada al Gobierno de Calderón (2006).

La violencia se ha concentrado en estados como Veracruz, Michoacán, Ciudad Juárez, Tamaulipas y Durango, donde las acciones de las bandas son más intensas. Contra los periodistas se han desatado amenazas y ejecuciones, como el mensaje que, según autoridades, el cartel de Los Zetas dejó el pasado 1 de mayo junto a cinco cadáveres de periodistas en Michoacán (oeste).