GASTEIZ. El último adiós al industrial vasco se ha celebrado esta tarde en la pequeña Basílica de Armentia (Gasteiz) con una misa oficiada por el párroco de esta localidad, a la que han asistido también representantes del PNV, partido al que estuvo vinculado el industrial vasco, de la Caja Vital, entidad de la que fue presidente, y de la Cámara de Comercio de Araba.
La infanta Cristina y el duque de Palma han llegado a las inmediaciones del templo románico a las 19:45 horas en un coche con sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene. La viuda, Claire Liebaert, ha llegado prácticamente a la misma hora y ha accedido al la basílica de la mano de una hija y de otro familiar.
Minutos más tarde, ha entrado en el templo el abogado de Iñaki Urdangarin, Pascual Vives, que ha acudido solo.
En el exterior de la basílica se han congregado decenas de medios de comunicación y centenares de ciudadanos que han esperado fuera a que acabara la misa.
Doña Cristina ha llegado hoy a Madrid desde Washington y se ha reencontrado esta tarde en Vitoria con su esposo, el duque de Palma, que está en la capital alavesa desde el martes tras empeorar el estado de salud de su padre, enfermo, y que finalmente falleció el jueves a los 79 años tras sufrir un derrame cerebral.
Ayer, la reina y la infanta Elena arroparon al duque de Palma y a su familia en el duelo por la muerte de su padre, Juan María Urdangarin, con una visita al domicilio familiar, ubicado en el Paseo Fray Francisco, cerca de Ajuria Enea y de la Basílica de San Prudencio, en Armentia.
Durante todo el día, numerosos medios de comunicación captaron las idas y venidas de la familia al tanatorio, así como la llegada de la reina y de la infanta a la casa de la familia Urdangarin en medio de grandes medidas de seguridad.
El encuentro entre las dos familias duró casi tres horas y después de dar el pésame a la viuda, la aristócrata belga Claire Liebaert, y a sus siete hijos, la reina y dona Elena regresaron a Madrid en un vuelo desde el aeropuerto de Foronda.
El duque de Palma y su familia incineraron los restos de Juan María Urdangarin en un acto privado, al que sólo asistió la familia y las amistades más estrechas.
El funeral de hoy ha discurrido también en un ambiente familiar y recogido, aunque abierto a la presencia de dirigentes políticos y del mundo de la economía alavesa que han querido acompañar a la familia en su último adiós a Juan María Urdangarin, conocido antes de emparentar con la Casa Real debido a su vinculación con el PNV y a que fue presidente de la Caja Vital durante tres años.