berlín. La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel cerró ayer su congreso en Leipzig tras dos días de debates marcados por la sumisión total a su líder y la aprobación de un plan para "reforzar Europa" a la medida de la jefa del Gobierno alemán. La líder revalidó ante los 1.001 delegados de la formación lo que el diario económico Handelsblatt sintetizaba con el titular "Merkel se impone. Como siempre", al lograr que sus filas siguieran sin fisuras todas sus consignas, tanto las relativas a la política europea -punto fuerte del congreso- como interna.

La reunión de Leipzig se abrió con un preacuerdo favorable a la propuesta de Merkel para la introducción de un salario mínimo "orientativo", cuestión que teóricamente dividía a las bases de la CDU pero que finalmente fue aprobada sin problemas. Asimismo se aprobó, sin un voto en contra, la moción para reabrir el proceso de ilegalización del Partido Nacional Democrático (NPD), incluida por Merkel bajo el impacto de la trama ultraderechista ahora revelada y presuntamente autora de asesinatos en serie de inmigrantes en los últimos diez años.

La líder llevó las riendas en Leipzig, de principio a fin, tanto al calificar de "vergüenza para Alemania" la existencia de un terrorismo de ultraderecha, como al dejar en nada la resistencia en política europea, después de que apenas dos meses atrás se hablara de rebelión interna.

estrategia Su estrategia fue la habitual en ella: mediar y aglutinar en sus propuestas todo aquello que sus filas necesitaban para que nadie se sienta derrotado. Por un lado, proclamas de solidaridad a una Europa que atraviesa "su peor momento desde la Segunda Guerra Mundial", por otro, colocar a esa misma Europa en apuros ante "un momento de inflexión" del que saldrá reforzada.

Las recetas de Merkel para que se dé ese reforzamiento son las que su gobierno pretende imponer a escala de la UE y que pasan por la implantación de sanciones automáticas a los infractores del Pacto de Estabilidad -con intervención del Tribunal Europeo, si cabe-. La líder y canciller hizo hincapié en la necesidad de reformar los Tratados europeos, en aras de la necesidad de robustecer sus estructuras, y repitió su no rotundo a los eurobonos, puesto que "colectivizar la deuda pondría en peligro la solvencia alemana". Disciplina, e incluso sanciones automáticas para los pecadores, pero sin amenazas de expulsión. "Nos comprometemos con el euro y deseamos que la totalidad de los 17 países miembros lo defiendan conjuntamente", apunta la resolución aprobada por el congreso, en sintonía con la proclamación de Merkel, la semana pasada, ante las informaciones de un supuesto plan, con París, de reducir el grupo de los miembros.