vitoria. La reordenación del tablero político alimentada por el 22-M avanza, y en ese contexto el adelanto de las elecciones generales al próximo 20 de noviembre ya ha provocado un primer efecto en la escena política vasca: que Aralar adelante a su vez el congreso que tenía previsto celebrar de 1 de octubre al sábado 17 de septiembre.
Se trata de celebrar el cónclave tan sólo dos semanas antes de lo previsto, lo que apenas debería tener trascendencia política. Sin embargo la tiene, ya que con la precampaña lista para arrancar en cuanto se desperece el próximo mes de septiembre, cada hora puede resultar vital en la configuración de los proyectos con los que cada formación tratará de hacerse un hueco en el corazón de los órganos legislativos del Estado español. Especialmente en un momento en el que la reconfiguración de un amplio espacio de izquierdas y abertzale se ha convertido en el gran protagonista del escenario post 22-M.
un nuevo sujeto de suma La principal novedad que podría agitar el habitual reparto de fuerzas en el Congreso y el Senado sería precisamente la llegada de una alianza progresista construida en base a parámetros de paz, democracia y respeto a la voz de la sociedad vasca.
Por el momento, Bildu está llamada a abanderar la puesta en marcha de este proyecto, impulsada por el inédito espaldarazo que recibió el pasado 22 de mayo, y de ello darán cuenta hoy sus portavoces en una rueda de prensa. De hecho, Europa Press adelantaba ayer la intención de estos tres partidos de presentar una propuesta "inclusiva", abierta a otras formaciones, con el objetivo de avanzar "en la construcción nacional y social de Euskal Herria" y en el respeto de "su derecho a decidir libre y democráticamente"
Extrapolando los resultados que Bildu obtuvo en las elecciones municipales y forales, lo más probable es que la coalición obtuviera al menos seis diputados, lo que le daría la oportunidad de tener grupo propio y medirse de tú a tú con el PNV.
Sin embargo, el desafío que afronta este espacio de izquierdas y abertzale es el de seguir sumando fuerzas para crear un nuevo sujeto político capaz de hacer crujir las barreras que hasta la fecha han contenido las principales demandas emanadas del Parlamento Vasco, como se pudo comprobar tras el portazo con el que PP y PSOE despacharon en 2005 la reforma del Estatuto que defendió el lehendakari Ibarretxe.
EA, Alternatiba y el sector aún ilegalizado de la izquierda abertzale parecen ya comprometidos a integrar esta alianza, y otros agentes como los críticos de Ezker Batua -liderados por su ex coordinador general, Javier Madrazo- ya han apuntado la posibilidad de sumarse a este nuevo espacio de cara a las próximas generales. Sin embargo, Aralar es quien está llamada a jugar un papel fundamental en este nuevo proyecto. "Sería la guinda del pastel", reconocen algunos integrantes de Bildu, y es de eso de lo que se debatirá durante su próximo congreso.
Por el momento, Aralar y Bildu se toman mutuamente la temperatura, si bien de los primeros contactos se desprende que ambas sensibilidades ven con buenos ojos la posibilidad de encontrarse en la próxima cita con las urnas. Navarra o el reparto de papeles interno podrían ser los principales escollos en este camino, pero antes de hablar sobre éstas y otras cuestiones falta por saber si la principal protagonista, la base de Aralar, da o no luz verde a la configuración de este nuevo espacio de suma que podría situar en unas claves desconocidas la reivindicación en Madrid de las demandas de la mayoría social vasca. Con o sin el concurso del PNV.