Rosa prefiere no echar las campanas al vuelo y advierte de que el paso dado por ella misma y su equipo es un "indicio" de un "posible tratamiento" para luchar contra el Alzheimer. La Sociedad Española de Farmacia Industrial y Galénica (SEFIG) no derrocha tanta cautela y ha premiado por todo lo alto al grupo de cuatro docentes de la Facultad de la UPV de Farmacia de Vitoria. Además de haber recibido este Premio de Investigación 2010, el grupo integrado por los profesores Rosa Hernández, Gorka Orive y José Luiz Pedraz y por la doctoranda Aitziber Portero, ha publicado su trabajo en la prestigiosa revista Biomaterials y ha despertado el interés de varias empresas farmacéuticas. La idea que les ha conducido al éxito es compleja, pero en una versión resumida viene a consistir en depositar sobre el cerebro una microcápsula que libera células vivas y modificadas, capaces de restituir vasos sanguíneos con los que eliminar las sustancias tóxicas responsables del Alzheimer. Una magna obra sustentada sobre las bases de la nanomedicina y las terapias celulares avanzadas que incluso cuenta ya con su propia patente. "Por supuesto que este avance destaca a Vitoria dentro del mapa científico internacional", reconoce la profesora que, siendo totalmente franca y realista, admite que este grupo de investigadores se ha convertido en un todo un referente. "No hay nadie más en el Estado que se haya especializado en la microencapsulación de células. En realidad, sómos los primeros a nivel mundial", reconoce.
Aún resta un largo camino hasta que todo este trabajo se traduzca en un ensayo clínico con humanos, pero los indicios a los que alude Rosa son más que esperanzadores. El efecto de las celulas modificadas y encapsuladas ha reducido el Alzheimer en ratones transgénicos que, tras ser tratados, eran capaces de recordar el clásico camino previamente recorrido dentro de un laberinto y volvían a reconocer objetos cotidianos para ellos.
biocompatible Una de las ventajas que ofrece este tratamiento aún en fase experimental es que soslaya los problemas asociados a la biocompatibilidad o, mejor dicho, a la falta de ella. Las células se depositan directamente sobre el cerebro después de practicarse una sencilla craneotomía, un pequeño orificio cuya apertura no reviste riesgos. El problema es que se trata de células vivas, con lo que el sistema inmunológico tiende a considerarlas invasoras y las ataca. Para proteger este preciado depósito, que segrega su contenido de forma progresiva sin necesidad de nuevas intervenciones, los investigadores de la UPV han ideado una microcápsula protectora que engaña al organismo y evita el ataque.
Liberadas las células modificadas en el cerebro, éstas se dedican a crear nuevos vasos sanguíneos que sustituyen a los atrofiados por la propia enfermedad. Una vez consolidada, la red encauza la sustancia tóxica conocida como betamiloide y la conduce fuera del cerebro, con lo que el Alzheimer se mitiga.
"Los resultados de esta investigación abren nuevas expectativas en el tratamiento del Alzheimer, que en la actualidad no dispone de ningún tratamiento efectivo capaz de frenar el avance del deterioro cognitivo que se produce", explica la SEFIG. Gracias a que durante los últimos años se han podido establecer conexiones entre el Alzheimer y la existencia de ciertas alteraciones vasculares, en el trabajo de investigación se propone un novedoso tratamiento, la utilización de células modificadas genéticamente para producir VEGF, factor de crecimiento del endotelio vascular, sustancia ampliamente conocida por su acción angiogénica pero con un potencial importante a nivel neurológico. En definitiva, estos cuatro investigadores han dado un importante paso, tal vez el primero en serio, para combatir una enfermedad tan extendida como temible. Y, de paso, han sacado a pasear el nombre de Vitoria por el mundo.