VIENA. Japón informó hoy al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las consecuencias técnicas generadas por la segunda explosión de hidrógeno en la planta nuclear de Fukushima Daiichi.

La explosión no dañó la vasija primaria de contención del reactor, según la Agencia japonesa de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA).

Las mediciones de dosis de radiación tomadas durante 16 horas ayer en cuatro lugares alrededor de la planta "fueron todas normales", afirmó el OIEA de acuerdo con la información dada por Tokio.

Se trató de una explosión de hidrógeno que se produjo a las 11.01 hora local (02.01 GMT) en el reactor número 3, de los seis que tiene esa central en la costa oriental nipona, a unos 240 kilómetros al noreste de Tokio.

La estructura que contiene el reactor "está intacta", según el informe de Japón, lo que descartaría teóricamente una fusión del núcleo del reactor.

La planta fue dañada por el devastador terremoto y posterior "tsunami" del pasado viernes en la costa oriental nipona y la explosión de hidrógeno del sábado, similar a la de hoy, destruyó el tejado y las paredes del edificio exterior del reactor número 1.

En las instalaciones de Fukushima Daiichi, los operadores han inyectado agua de mar, combinada con ácido bórico, en el sistema de refrigeración del reactor número 1 para evitar un sobrecalentamiento, tras fallar los generadores de gasóleo, que fueron destruidos por el "tsunami" y agotarse las baterías de reserva.

Ahora, agregó el OIEA, se trabaja en este reactor para reparar el sistema de eliminación de calor residual usado para refrigerar el reactor y destinado a desactivarlo cuando esté frío.

Basado en los datos de las autoridades niponas, el OIEA confirmó que los reactores 1, 2, 3 y 4 en la cercana central nuclear de Fukushima Daini fueron desconectados automáticamente el 11 de marzo, el mismo día del sismo.

Agregó que todos los reactores tienen suministro exterior de electricidad y que los niveles de agua refrigerante en todos ellos son estables, y aunque se han hecho preparativos, no se ha abierto la ventilación al exterior de ninguna unidad para controlar la presión.

Por otra parte, las mediciones de radiactividad en el entorno de la planta de Onagawa, en la prefectura de Ibaraki, a unos 120 kilómetros al noreste de Tokio, recuperaron niveles normales, después de que el domingo se declaró el estado de emergencia por haberse superado el nivel permitido de radiación.

Las autoridades japonesas suponen ahora que el nivel más alto de radiactividad medido pudo obedecer a la fuga de material radiactivo de la cercana planta de Fukushima Daiichi.