ISLAMABAD. El parte meteorológico para el fin de semana apunta a que las fuertes precipitaciones continuarán. El temporal obligó a numerosos pilotos de helicópteros a permanecer en tierra, dificultando aún más las ya de por sí arduas tareas de rescate.
Las autoridades del país cifran el número de muertos hasta la fecha en las graves inundaciones en unos 1.600, mientras que son decenas de miles las personas afectadas que esperan la llegada de ayuda.
En algunas regiones del sur del país por las que atraviesa el río Indo se ha declarado la alarma roja. Aldeas amenazadas por posibles riadas fueron evacuadas cautelarmente, después de que el viernes trombas de agua anegaran extensos territorios a orillas del río, arrasando a su paso 2.000 viviendas.
Aún no se conoce el alcance de los daños y el número exacto de víctimas mortales. Los datos de los que se dispone en estos momentos proceden de organizaciones de Naciones Unidas y de las autoridades locales.
Según el director de la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes, Nadeem Ahmed, el número de afectados asciende actualmente a unos 12 millones de personas en todo el país.
Según los datos que maneja, 650.000 viviendas quedaron destruidas o dañadas. Además unas 10.000 cabezas de ganado han perecido y más de 500.000 hectáreas de terrenos de cultivo están inundadas. Nadeem estima que los costes derivados de las lluvias monzónicas rondan los 2.500 millones de dólares (2.000 millones de euros).
Entre tanto, el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, apeló en un comunicado radiofónico a la comunidad internacional a ayudar a las personas en su país. Tanto las víctimas como la oposición habían criticado al gobierno por lo que consideraron una respuesta insuficiente a la catástrofe.
El hecho de que el presidente Asif Ali Zaradari prosiguiera con sus visita oficial a Europa causó especial indignación.
Las riadas amenazan ahora también con inundar las importantes ruinas de Mohenjo Daro en el sur de Pakistán que la UNESCO proclamó en su momento patrimonio de la humanidad. Los restos de la civilización, que datan del año 3.000 antes de Cristo, han sufrido durante siglos daños por inundaciones, aunque siempre fueron restauradas.
Las actuales lluvias monzónicas podrían terminar por destruir lo que queda aún de Mohenjo Daro, dijo el portavoz en Pakistán de la UNESCO, Yawad Aziz.