Larnica/Tel Aviv. Los tripulantes del carguero con bandera irlandesa Rachel Corrie desecharon atracar en el puerto de Ashdod (Israel) y depositar allí la ayuda humanitaria que llevan a la Franja de Gaza y continuaban rumbo a la región pese a la amenaza hebrea de que mantendrá el bloqueo. La base en Chipre del barco informó de que perdió contacto por radio ayer con la embarcación y "suponemos que Israel ha interferido el sistema".

Sólo unos días después al brutal asalto israelí a la Flotilla de la Libertad que dejó nueve muertos, los organizadores señalaron que se espera una segunda confrontación con Israel. "Nunca iremos al puerto israelí, de no ser por la fuerza", dijo Mary Hughes, una portavoz de Free Gaza. La cofundadora de esta misma organización, Greta Berlin, aseguró desde el puerto chipriota de Larnica que el barco con ayuda humanitaria para la población palestina continúa su curso con unos 20 activistas a bordo, entre ellos la Nobel de la Paz irlandesa Mairead Maguir y el ex vicesecretario general estadounidense Denis Halliday. El Rachel Corrie transporta un cargamento de unas 1.200 toneladas, que incluye 560 toneladas de cemento, así como 100 toneladas de equipo médico y unas 200 sillas de ruedas eléctricas y normales, así como papel, equipamiento deportivo o pinturas para niños. Hasta el momento, Israel no permite la entrada de cemento en la franja, con el argumento de que Hamás podría utilizar ese producto para reconstruir sus estructuras militares. El portavoz del Ministerio del Exterior israelí, Jigal Palmor, insistió en que no permitirá al séptimo barco de la flota de la solidaridad con Gaza romper el bloqueo marítimo.

"Gaza es aún un territorio en guerra por Hamás y sigue habiendo un bloqueo. Nuestra política no ha cambiado", manifestó. Sin embargo, "no tenemos intención de tomar el barco si atraca en el puerto de Ashdod", matizó. "Hay propuestas para solucionar la cuestión de un modo positivo y tranquilo y ellos son quienes tienen la elección", dijo sobre los activistas. En Tel Aviv, una portavoz militar desmintió que el barco hubiese sido interceptado ayer por la Marina israelí.

Por su parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió de que Israel no toleraría una violación del bloqueo naval a la Franja de Gaza, aunque prometió suavizar "en cierta medida" las sanciones impuestas a ese territorio gobernado desde 2006 por Hamás.

Rabia en turquía El viceministro de Turquía, Bulent Arinc, anunció ayer que su gobierno "reducirá" sus vínculos económicos y militares con Israel y que se evaluarán todos los convenios suscritos entre los dos países. Entre tanto, la fiscalía general en Ankara ha comenzado a reunir evidencias para emprender acción penal contra los responsables del ataque israelí a la Flotilla de la Libertad, según informaron ayer medios turcos.

La fiscalía turca ha solicitado los testimonios de varios activistas heridos en el asalto. Además, se han realizado exámenes médicos que, al parecer, demuestran que los soldados actuaron con gran brutalidad.

Por otra parte, las protestas continuaron ayer en Turquía y en el mundo árabe. En Estambul más de 20.000 personas acudieron con banderas turcas y palestinas al entierro de uno de los activistas fallecidos en el asalto israelí. En Egipto, más de 15.000 personas se concentraron llamando a cortar lazos con Israel y cerrar sus embajadas en todo el mundo árabe. Jordania, Líbano, Siria, Yemen, Irak y también Hamburgo acogieron ayer protestas similares contra Israel.

El presidente de la ONG islámica turca IHH y uno de los organizadores de la llamada Flotilla de la Libertad, Bulent Yildirim, afirmó ayer en Estambul que el asalto israelí a los barcos tenía como objetivo asesinar a 16 distinguidos tripulantes. En una rueda de prensa, Yildirim mostró fotografías de la supuesta lista que contenía los objetivos a abatir por el ejército israelí. "Todos los soldados israelíes tenían una lista en sus manos con las personas que debían ser asesinadas. Había 16 nombres. Yo era el primero", aseguró el presidente de la ONG.

En las fotografías distribuidas por la ONG turca, entre los primeros objetivos se sitúan Yildirim; el también miembro de IHH Ahmet Emin Dag; el arzobispo católico Hilarion Capucci, el político islamista árabe-israelí Raid Salah, además de varios ciudadanos europeos del Free Gaza Movement. "Mataron a dos personas que se parecían a mí y mataron a otra que se parecía a Salah", afirmó Yildirim. Las televisiones turcas aseguraron ayer haber comprobado la certeza de estas afirmaciones y subrayaron el parecido de dos de las víctimas con el presidente de la IHH.

Israel prohibió en 2008 las actividades de IHH, a la que acusa de vínculos con el movimiento islamista palestino Hamás y la red terrorista Al Qaeda. Según relataron miembros de la Flotilla de la Libertad, Israel mantiene una constante fijación con capturar a Yildirim. De hecho, los tres españoles que participaban en la flotilla explicaron que el retraso de la partida a Estambul una vez fueron liberados se debió a que las autoridades israelíes dejaron marchar a todos los activistas con excepción de Yildirim.

La presión del gobierno turco y el enfrentamiento entre los activistas de la flotilla con las fuerzas de seguridad israelíes -que degeneró casi en una "batalla campal" en el aeropuerto de Tel Aviv-, según el activista Manuel Tapial, obligaron a liberarlo posteriormente.

Por otra parte, Yildirim aseguró ayer que los soldados israelíes creyeron haber matado a Raid Salah, que viajaba en la flotilla y actualmente está detenido en Israel. "Había compañeros que hablaban hebreo. Después de disparar a un amigo nuestro que se parecía a Salah, oímos que decían a través de los walky-talkies: "Hemos matado a Raid Salah"", contó. Yildirim también mostró un documento que certificaba la posición de la flota mediante las coordenadas. "Viajábamos en aguas internacionales, de las que nadie es propietario. Israel actuó como una organización terrorista ignorando el derecho internacional y la legalidad marítima", dijo el dirigente turco.