Tamás Sulyok, elegido este lunes presidente de Hungría, es considerado un hombre leal al primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, y desde 2016 presidía el Tribunal Constitucional (TC) del país.

Sulyok ha sido el candidato del gobernante partido conservador Fidesz de Orbán para sustituir a Katalin Novák en la jefatura del Estado tras su dimisión a raíz de un escándalo desatado cuando se supo que indultó a un encubridor de casos de pederastia en un hogar infantil.

Tal y como se esperaba, el nombramiento de este jurista de 67 años como presidente, con un mandato de cinco, años, tuvo lugar en el Parlamento de Budapest con los votos de la formación en el poder, que cuenta con una mayoría de dos tercios.

Nacido en 1956 en la ciudad de Kiskunfélegyháza, a unos 120 kilómetros al sur de Budapest, Sulyok fue elegido miembro del TC en 2014 y se convirtió en vicepresidente y presidente de esa alta corte en 2015 y 2016, respectivamente.

El nuevo jefe del Estado estudió derecho en la Universidad de Szeged, ciudad en el sur de Hungría, donde después de licenciarse en 1980 trabajó como abogado, y entre 2000 y 2014 fue cónsul honorario de Austria.

Después de aceptar ser el candidato del Fidesz, el jurista declaró al portal Index que no le interesaba la política.

"No sé qué hacer con las críticas políticas, porque nunca en mi vida me ha interesado la política", aseguró.

A pesar de ello, la prensa independiente de Hungría, así como los partidos opositores aseguran que es una persona leal a Orbán.

Como presidente del Constitucional Sulyok ha apoyado varias posturas gubernamentales.

Entre ellas destacan asuntos relacionados con las normas para imposibilitar el funcionamiento de la Universidad Centroeuropea (CEU) en Hungría, o con la ley que penaliza a las personas sin techo que viven en las calles, recordó el diario digital Telex.

Las competencias del más alto cargo del Estado son principalmente representativas, con muy limitadas funciones ejecutivas.