La Unión de Televisiones Comerciales en Abierto (UTECA), la Asociación Española de Radio Comercial (AERC) y la Asociación de Medios de Información (AMI) han lanzado una campaña conjunta para reivindicar el papel clave del periodismo frente a los bulos y falsedades que se extienden masivamente, especialmente por redes sociales, plataformas de intercambio de vídeo y servicios de mensajería instantánea. Una iniciativa que se impone más que necesaria cuando siete de cada diez personas reconocen haber consumido, al menos una vez, un mensaje o vídeo que resultó ser falso, según el barómetro de la Desinformación elaborado por la propia Uteca y la Universidad de Navarra en junio de 2022. Los medios tradicionales, si bien son el soporte en el que más confía la sociedad –el 80,9% de la ciudadanía coincide en que la Televisión, la Radio y la Prensa son la mejor garantía frente a la proliferación de la desinformación–, se enfrentan a un cáncer que se extiende a la velocidad de internet y que no es otro que la generación de informaciones de dudosa procedencia y alejadas del más mínimo contraste periodístico. Ello, sumado a un tiempo donde los mensajes populistas van conformando una peligrosa red de intoxicación informativa, está generando un peligroso estado en el que se da la paradoja de que se cuestione las noticias creadas por personas facultadas por las universidades frente a aquellas que, en muchas ocasiones, llegan sin firma ni identificación. Luchar contra la desinformación y las mentiras es una tarea que atañe a todos los medios de comunicación, sin excepción. Pero no dar pábulo a lo que llega con demasiada rapidez para su consumo barato es responsabilidad de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de la sociedad. Es necesario obligarse a un mínimo esfuerzo por saber quiénes son las personas o las marcas editoriales que se encuentran detrás de muchos de los mensajes que llegan a ordenadores y teléfonos móviles. El periodismo se aprende en una carrera universitaria y debe ser respetado y reconocido como cualquier otra profesión. Porque el problema para la desinformación no está en el o la profesional. Está en el consumo sin responsabilidad. “Para lo importante”, se subraya en la campaña, “confía en profesionales. Para informarte, confía en periodistas”. #Periodismocontralosbulos.