Los intermitentes son uno de los elementos más importantes para la seguridad vial en la carretera y para una correcta circulación. Su función básica es la de avisar al resto de los conductores de cuando se va a girar en una calle, cuando se va a cambiar de carril o cuando se va a realizar un adelantamiento.

Y sin embargo cada son más lo conductores que en muchas de las fases de conducción no los utilizan, con el consiguiente riesgo para la seguridad vial y la mayor probabilidad de que se produzca un accidente.

En la práctica los intermitentes son una manera de comunicar con anticipación al resto de los conductores que se va a realizar una maniobra.

La Dirección General de Tráfico (DGT) señala claramente las cinco circunstancias en las que debes utilizar los intermitentes:

al cambiar de carril y efectuar un desplazamiento lateral; en los cambios de dirección en cruces, intersecciones o salida de la vía (carril de deceleración para incorporarse a otra carretera) o para sortear un obstáculo; al realizar un adelantamiento y la volver al carril; en incorporaciones a la vía tanto cuando salimos de un estacionamiento como cuando estamos en movimiento; y para salir de una rotonda.

También recuerda tres usos incorrectos de los intermitentes que suelen ser habituales en muchos conductores y que pueden desorientar al resto de conductores: dar el intermitente izquierdo para señalizar que no se va abandonar una rotonda, activar los las luces de emergencia (ambos intermitentes delanteros y traseros) para estacionar el doble fila; y activar las luces de emergencia en un atasco. En este caso la DGT señala que lo correcto si quieres advertir al resto de conductores de que aminoren la velocidad es pisar de manera repetida el pedal del freno.

Además, debes tener en cuenta que la principal función de los intermitentes es avisar al resto de conductores de nuestra maniobra y que mejoran la seguridad vial pero, pero que de ninguna manera te otorgan prioridad al realizar la maniobra mientras conduces.

El artículo 76 de la Ley de Seguridad Vial y el artículo 108 del Reglamento General de Circulación deja bien claro todas estas situaciones y determina claramente las sanciones por no utilizar correctamente los intermitentes.

Si en las circunstancias citadas anteriormente que debes activar obligatoriamente los intermitentes no lo haces, te enfrentas a una sanción económica de 200 euros. Si los pones en los supuestos en los que no está permitido su uso por que puede generar confusión a los demás conductores y provocar un accidente también puede caerte una multa de 200 euros.

Por otro lado, no usar los intermitentes con suficiente antelación para avisar al resto de los usuarios de la vía también está castigado con una multa, en este caso, de 80 euros.