Sigue en directo la sexta etapa del reto solidario de Gonzalo.

Relato de la quinta etapa:

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En imágenes: así ha sido la quinta etapa de la vuelta a Euskadi para meterle un gol a la AT Gonzalo Pérez Zunzunegui

Después de un sustancioso desayuno he tenido que sacar fuerzas de flaqueza para comenzar la etapa de hoy. Y no era por cansancio o molestias, que las hay, sino por dejar el abrigo del calor del hostal y echarme a los veo grados que hacía en la calle. Menudo frío.

Por lo menos el amanecer me regalaba un cielo azul precioso ya con los primeros rayos de sol.

La primera parte de la etapa de hoy con el tramo entre la navarra Leitza y la gipuzkoana Andoain me ha ofrecido 27 kilómetros de paisajes muy bonitos todos con un denominador común, el río todo el rato a mi lado.

No me acuerdo de los innumerables puentes que he pasado para ir cada poco cambiando de orilla. Si a eso le sumamos el sonido de la naturaleza, un montón de túneles, muchos de ellos sin luz eso sí, y alguna que otra fuente curiosa tenemos como resultado la vida verde del Plazaola en su segundo tramo.

Hoy me he mojado bastante y eso que en el cielo no había ni una nube pero han sido tantos los túneles y en todos ellos hay que ver cómo se filtra el agua por su parte superior que al pasar por abono de ellos parecía que me hubiese duchado.

Luego, tras el almuerzo con mi cuñado Ion que vine en Andoain llegaba la parte pestosa de la etapa y yo diría que de todo el reto. No ha sido otra que ir atacando por polígonos, carreteras y vamos secundarios hasta Donostia. Tan solo el pequeño paraíso de Santa Bárbara me ha salvado de tanto hormigón.

Final muy bonito por las calles de los barrios altos de Donostia llegando al majestuoso Reale Arena o Anoeta como me gusta más llamarlo.

Me quedo de todas formas con la vista que me hicieron el día anterior Jon, gasteiztarra afectado por la AT y su padre a Leitza, que junto con el acompañamiento de Kepa, aita de Hodei ha sido lo mejor de estos cincos días de reto.

Estamos en el ecuador, ahora ya toca ir restando kilómetros de esta aventura y locura a partes iguales. Cómo me han dicho ya muchos, bendita locura.