Quizá sea por aquello de que ojos que no ven corazón que no siente, pero muchas veces nos conformamos una rápida pasada de aspirador por el interior del coche para considerarlo limpio. Algunos, más minuciosos y cuidadosos pasan un paño con algún producto limpiador para dejarlo pulido y brillante. Pero por lo visto, esto no es suficiente. Especialmente porque el maletero suele ser una de las partes más descuidadas.
O eso es al menos lo que se desprende de un estudio de la Facultada de Biociencias de la Universidad de Aston, en Brirmingham (Inglaterra). En la investigación liderada por el profesor de Microbiología Jonathan Cox y encargado por la Scrap Car Comparison se descubrió que el interior de un coche puede estar más sucio de un inodoro.
Entre los descubrimientos más sorprendentes destacó la presencia de bacterias fecales en todos los vehículos examinados, y con una mayor concentración de ellas en el maletero. Destacaron este último detalle los científicos debido a que por regla general es el lugar donde se meten los alimentos tras comprarlos y aunque van en bolsas, pueden salirse y rodar por su interior.
A más viejos, más microorganismos
Más que una investigación exhaustiva se trata de un estudio de aproximación a este tema, ya que el muestreo se ha realizado sobre cinco automóviles de diversa antigüedad y dos inodoros.
El historial de los coches es relevante ya que a mayor antigüedad, más bacterias puede contener. Así, el coche más antiguo era de 17 años, ha tenido dos propietarios y uno de ellos con mascota. El segundo, de 13 años, paso por dos dueños y el actual tiene mascotas e hijos. El tercero, de nueve años, en manos de su propietario original y trasladando mascotas y niños. El cuarto, a sus cinco años va por el tercer propietario y es de una familia con niños y mascotas. El más nuevo, de dos años va por si segundo propietario.
Todos ellos mostraron una alta cantidad de microorganismos, especialmente bacterias, siendo los más contaminados el maletero, en el que se acumularon 1.425 bacterias diferentes; el asiente del conductor, con 649 especies, y la palanca de cambios, con 407 hallazgos. Les siguen los asientos traseros, con 323, y el salpicadero, con 317.
En resumen, los automóviles examinados tenían una carga de bacterias superior a la de los inodoros.
Indudablemente, estos últimos se higienizan más.
Contra todo pronóstico, básicamente porque un estudio de 2019 auguraba lo contrario, la parte más limpia era el volante. Los investigadores atribuyen esta anomalía a la pandemia, al masivo uso de los geles desinfectantes en las manos.
Bacterias encontradas
Pero las bacterias fecales no son lo únicos organismos potencialmente peligrosos que hallaron los investigadores de la universidad inglesa.
Cuatro de ellos deben ser tenidos en cuenta también. Estos son la Escherichia coli, una bacteria en la que la mayoría de las cepas son inocuas, pero alguna puede causar graves intoxicaciones alimentarias; la Pseudomonas aeruginosa, especialmente preocupante debido a su capacidad de generar resistencia a todos los antibióticos; la Staphylococcus aureus, otra bacteria para la que hay que buscar nuevos antibióticos y que se asocia a infecciones de la piel y tejidos blandos, osteomielitis y neumonías adquiridas en comunidad y hospitales; y Staphylococcus epidermidis, unos microbios de la piel que se encuentran en las manos y pueden causar infecciones en personas inmunodeprimidas.
Pero no caigamos en el pánico. El propio investigador que ha dirigido el estudio afirma que se trata de tener ciertas precauciones pero sin necesidad de desinfectar diariamente el coche. Cox propone tratar las superficies del coche como si fueran las del baño de casa. “Basta con rociar un poco de desinfectante antibacteriano en un pañuelo de papel y limpiar la palanca de cambios o el volante, y también se podría lavar la tapicería de vez en cuando”.