A todos nos ha pasado, nos pasará y nos seguirá pasando: nuestro cordón umbilical con el mundo, nuestro teléfono móvil se ha quedado sin batería fuera de casa, lejos de su cargador de confianza, el cual permanece enchufado a la red a la espera de cumplir con función.
Si la ley de Murphy se cumple, ocurrirá en el peor momento, cuando estemos esperando esa llamada, esa conexión que nos corre prisa o sentimos urgente y no tengamos acceso a nuestro cargador ni a ningún otro. El drama está servido.
Pero hay solución. Podemos devolver la vida a nuestro smartphone sin necesidad de enchufarlo a una pared, a la red eléctrica convencional. Solo necesitamos un poco de previsión en la línea de la frase “esperemos lo mejor pero preparémonos para lo peor”. Para ello, a la previsión debemos sumar cierto de conocimiento del terreno y algunos gadgets.
Pero antes, un advertencia, algo que no sirve. Esas aplicaciones que aseguran que pueden cargar el móvil son filfa. Desde las que aseguran hacerlo con la vibración del propio móvil hasta una que asegura hacerlo a través del reiki, canalizando la energía del propio cuerpo. Existe otras que afirman ayudar a hacerlo más rápido. Y lo hacen, pero su idea básica es desconectar funciones para que no consuman energía durante la carga y así evitar que parte se desvíe a otras funciones que no sea llenar la batería.
Volviendo a los gadgets, hay un amplio abanico de posibilidades, unas muy sencillas y otras más sofisticada.
1. El puerto USB
Basta un cable USB con la conexión adecuada para nuestro móvil y podremos ponerlo a cargar conectándolo a cualquier ordenador, de mesa o portátil que disponga de una conexión USB. Y quién dice ordenador, dice otro dispositivo como una televisión o un coche. Si hay puerto USB es más que probable que haya vida. Eso sí, la velocidad de carga no está garantizada por lo que puede llevar su tiempo.
2. Una batería portátil
También llamada power bank, son dispositivos que almacenan energía para pasarla después al móvil a través del correspondiente cable conector, generalmente USB. La energía almacenada dura bastante tiempo, pero se va perdiendo, por lo que es recomendable ir recargándolo cada cierto tiempo aunque no se use. Algunos expertos recomiendan hacerlo, en el peor de los casos cada seis meses para que no haya sorpresas.
3. Cargador inalámbrico
No deja de ser un cargador, pero prescinde del cable USB. La recarga del teléfono se hace por contacto con un soporte. Este aparato sí se conecta a la red.
4. Cargador solar
Ideal para viajes y excursiones, este sistema es completamente ecofriendly al usar la luz solar para devolver la vida al móvil. Las energías renovables al servicio de la comunicación. Unos paneles captan la energía que se almacena en el dispositivo al que después se enchufa el móvil
5. Cargador de manivela
El mismo principio de energía renovable que el anterior, pero en este caso la electricidad se logra dándole vueltas a una manivela, que a modo de dinamo va generando la energía que se almacena. Es más cansado pero no siempre que se va de excursión hace sol. Para los muy nostálgicos de lo antiguo y vintage, es como volver a los viejos y primigenios teléfonos de manivela
6. Mochilas y bolsos con batería.
La forma más práctica de que no se te olvide el power bank. Va siempre contigo y se le puede conectar tanto móviles como ordenadores.
7. Carga inversa.
Lo último de lo último, aunque ya tiene unos añitos. Es la tecnología que permite que cada terminal móvil sea a la vez estación de carga y/o receptor de esa carga. Es decir, que el móvil puede tanto chupar energía de otro dispositivo como donarla al que lo necesite. Aunque esta tecnología está completamente desarrollada, no todos lo móviles disponen de ella. De hecho, puede que nuestro móvil disponga de esta función pero permanezca oculta. Hay que buscar en Ajustes Carga Inversa o Reserve Charging. Pero ojo, no todos los smartphones lo tienen.
En función del modelo, esta carga puede ser a través de cable o inalambrica. La primera de ellas es la más sencilla y, de momento, la más común. Basta con que uno de los dos dispositivos tenga la tecnología USB on-The-Go (USB OTG o OTG). Para la opción inalambrica, disponible de momento en los aparatos de más alta gama, basta con poner en contacto las partes traseras de ambos para que comience la recarga. Eso sí ambos deben ser compatible con la certificaciónn WPC Qi