EL salto de calidad experimentado por Peugeot tiene un claro responsable. Se llama 308. El compacto multiusos lanzado hace cuatro años es el principal promotor del ascenso de categoría experimentado por la marca del león. En su afán por alcanzar la excelencia y equipararse a las firmas Premium, la casa francesa ha ido elevando el nivel de sus creaciones según un protocolo inaugurado por el 308. El popular modelo (casi empata en ventas con el 208, el más solicitado por el público) alcanza ahora la plenitud con una impecable combinación de tecnología, estética y armonía entre calidad y precio. Arranca por debajo de 16.000 euros, 800 más si se opta por la carrocería familiar SW.
El 308 actual es más convincente y atractivo, si cabe, que cuando salió a la venta. La razón de su creciente interés hay que buscarla precisamente en esa fórmula magistral que Peugeot ha acertado a elaborar. El ‘restyling’ aplicado tras el verano confiere al vehículo una dosis extra de empaque sin necesidad de alterar las proporciones ni las señas de identidad del producto. Lo único que cambia ligeramente son las facciones de su semblante, que imita al de los nuevos SUV de la familia. Incorpora un nuevo parachoques con tomas de refrigeración y faros antiniebla en los lados. Sustenta la nueva parrilla de contornos cromados, presidida por la figura del león, cuyas líneas de expresión se prolongan por el capó. Flanquean este escudo frontal unos grupos ópticos que integran luces led y proyectores, halógenos o full led en función del acabado.
Los estilistas de la firma han pasado de puntillas por el habitáculo al considerar que no había motivo para modificar el innovador puesto de conducción i-Cockpit, que sigue siendo uno de los más vanguardistas y conseguidos del mercado. La única mejora obedece a la inclusión de una pantalla táctil capacitiva de alta sensibilidad, elemento de última generación que permite gestionar la climatización o el navegador 3D conectado y es que compatible con cualquier Smartphone
Aprovechando la operación de puesta al día, la marca francesa ha decidido pertrechar a su modelo con los últimos adelantos estrenados en el 3008. Dicho bagaje de tecnología contiene, fundamentalmente, recursos de conectividad y de asistencia a la conducción que colocan al 308 a la vanguardia de su categoría. Teniendo en cuenta que su inclusión comporta un mínimo impacto en la tarifa final, se puede decir que Peugeot ha revalorizado a su candidato.
TECNOLOGÍA PUNTA Las dotaciones del 308 pueden incluir ahora algunos de los sistemas más modernos. Uno es el de frenado autónomo con detección de distancia, que advierte al conductor cuando detecta peligro real de colisión con un vehículo o un viandante. Si quien lleva los mandos no reacciona adecuadamente a las alertas, el dispositivo acaba por intervenir para detener el coche, evitando o atenuando el choque.
El 308 ofrece asimismo alerta activa de cambio de carril, que corrige posibles desvíos involuntarios del volante y devuelve el coche a su trayectoria. Puede reconocer el grado de atención del conductor y alertar de la aparición de fatiga o distracción. Dispone de cambio inteligente de luces de carretera y cuenta con una cámara que identifica señales. Transmitidas al sistema, este puede contrastarlas con los datos de la cartografía del navegador; el usuario tiene la opción de memorizar esas informaciones, por ejemplo límites de velocidad, y hacer que el limitador/regulador los acate de modo automático. Este sistema va vinculado a un radar delantero y permite mantener una velocidad constante o adaptarla a la del vehículo precedente; al topar con un coche más lento espera a que se retire para recuperar el ritmo prefijado.
El 308 dispone, además, de un sistema activo de vigilancia del ángulo muerto y de cámara trasera con 180º de visión, muy útil al salir de aparcamientos en batería. Los sensores de asistencia al aparcamiento permiten confeccionar una imagen virtual del perímetro del coche. Las unidades que equipan el sistema Park Assist pueden detectar huecos para estacionar y controlan el volante en la maniobra.