PEKÍN. Desde el año pasado, en algunas zonas del país, especialmente en regiones montañosas y remotas, la imagen de un dron de hélices transportando un paquete ya es algo habitual, y la marca, segunda principal del comercio electrónico tras la poderosa Alibaba, quiere expandir este transporte.
"Nuestro objetivo son áreas rurales donde la infraestructura no es buena y el sector de la mensajería no está desarrollado, por lo que es mucho más barato enviar drones allí", explicó a Efe el vicepresidente de JD.com para asuntos internacionales, Josh Gartner.
"El gran reto es el suministro de energía de los drones", explica el directivo en la sede central de JD.com, un faraónico edificio en las afueras de Pekín donde trabajan miles de empleados y en el que muchos de estos drones se exponen en la zona pública, junto a cafeterías, fruterías y pantallas de cine futuristas.
Seis de los siete modelos de dron que usa JD.com (también conocida como Jingdong) son eléctricos y sólo el mayor de todos, un gran aparato de casi dos metros de envergadura y capacidad para transportar hasta 30 kilos, es alimentado por gasolina.
Los drones por ahora no llevan directamente los pedidos al comprador final, sino a un encargado de la compañía en la misma localidad donde vive el cliente, o al menos cerca de él, explica Gartner.
"Depositamos los envíos en el pueblo, y allí tenemos lo que nosotros llamamos un 'promotor local' que lo recoge y se lo lleva al cliente en los últimos metros", cuenta el directivo.
En las ciudades chinas el espacio aéreo está altamente restringido y el uso de drones está terminantemente prohibido, lo que limita por el momento este sistema de transporte a zonas rurales y por ahora JD.com tiene permiso para hacerlo en cuatro de la treintena de divisiones administrativas.
Son, concretamente, la provincia de Sichuan (una de las más montañosas del país, en el límite oriental de la meseta tibetana), las de Jiangsu y Guizhou y las zonas no urbanas de las afueras de Pekín, aunque JD.com quiera más.
"Buscamos expandirnos en el futuro, y actualmente tenemos unos 40 drones en operación", explica Gartner.
No es casual que los envíos en vuelo no tripulado se hayan desarrollado primero en China, el país que lidera la producción de estos aparatos para uso civil y donde ya hay 45.000 drones registrados (el número real podría ser aún mayor).
A mediados de la próxima década se calcula que el mercado chino de los drones generará hasta 11.000 millones de dólares anuales, según un estudio de la firma iReserach, aunque también se alerta de los riesgos que este boom puede comportar, pues ya ha habido casos de aparatos interfiriendo el tráfico aéreo convencional en las inmediaciones de aeropuertos.
Tanto Jingdong como su gran rival, Alibaba (que concentra un 80 por ciento del comercio electrónico de China) están trabajando en los últimos tiempos para conseguir una mayor implantación en las zonas rurales del país, en las que viven 650 millones de personas.
Mientras Alibaba se ha enfocado en la creación de las llamadas "aldeas Taobao", pueblos que ya viven casi íntegramente del comercio electrónico, Jingdong trabaja en la mejora del servicio de envíos, que no sólo se limita al uso de drones, sino a la construcción de miniaeropuertos para un uso más coordinado de estos aparatos.
La firma ya anunció el pasado mes de abril que construirá en tres años 150 aeropuertos para drones sólo en la provincia de Sichuan (donde viven más de 100 millones de personas) con el fin de impulsar el envío de paquetería a través de estos vuelos no tripulados.
JD.com espera con ello reducir los costes de envío un 70 %, mientras los campesinos de las zonas más remotas del país, poco a poco, se van acostumbrando a que los paquetes vuelen a baja altura por encima de sus campos.