No sabe estar quieta y si no presenta, se mete a reportera, está en debates de Gran hermano en sus dos variedades o escribe libros. Este verano, como casi todos, le ha tocado trabajar en Madrid mientras su familia -su marido y sus tres hijos- están en Valencia, su lugar habitual de residencia. No les ve mucho y confiesa que a veces le cuesta hacerse a la idea, aunque todos los viernes se va a casa y regresa al tórrido verano madrileño el lunes. Volver la vista atrás y comentar lo que supuso en éxitos y críticas Aquí hay tomate, programa que presentó junto a Jorge Javier Vázquez, le da mucha pereza.

Vuelve usted a sus orígenes, reportera...

-He estado en muchas cadenas con este trabajo: televisiones locales, Canal Nou, Telemadrid, Telecinco antes de Aquí hay tomate.

Ha estado en plató y vuelve a la calle, muchos lo interpretarían?

-¿Como un descenso? Para nada. Es un mundo que me apasiona y en el que creo que puedo dar mucho. Estoy muy contenta. Me gusta trabajar, me gusta este trabajo y no me gusta para nada quejarme y es que no tengo motivos para ello.

¿Qué tipo de reportajes le gusta hacer?

-En verano en Madrid hay bastante sequía de personajes, los famosos se van y es difícil conseguir uno. Pero yo creo temas, en eso no hay problema, sé buscarme la vida. Hay personajes en torno a Mediaset y si hay algún acto iré.

¿Le gusta la línea ‘Cazamariposas’?

-Sí, claro. Es un programa divertido y ameno. En verano tiene que ser refrescante y yo voy a seguir la línea Cazamariposas; si puedo me inventaré alguna locura.

¿’Inventaré’?

-No, inventar de mentir, no. Crearemos locuras, me infiltraré en los platós de la cadena y estaré con los compañeros para que desinhiban y nos den juego. Básicamente, me ciño a lo que ya se está haciendo en Cazamariposas, pero desde mi experiencia.

¿Está difícil la televisión?

-No sé qué decir. Yo me mantengo y estoy feliz. He colaborado con Ana Rosa, en Un tiempo nuevo, en ¡Qué tiempo tan feliz!... Creo que me mantengo bastante bien, no he desaparecido de la pantalla y eso es lo que más me importa.

¿Cuál es el formato en el que más cómoda se siente?

-Aquellos en los que puedo desatarme un poco y mostrar mi vena desenfadada, quiero tener libertad para levantarme, sentarme y poder desdoblarme. Eso me lo permiten los realitys. Me gustaría hacer algún día un concurso loco. Me gusta todo, donde me pongan, si me dejan seguir mi rollo, ser yo misma; me da igual el programa que tenga que hacer, como si es de fútbol o de política.

¿Política?

-En política no me veo mucho, la verdad; pero si hay que hacerlo, se hace. Lo importante es que al final tú le pongas un sello propio y se te identifique con el programa. Ser yo misma es algo que me propongo cada vez que tengo la oportunidad de estar en televisión.

Tiene tres hijos pequeños, supongo que la conciliación familiar no resultará fácil ni con ellos ni con su marido.

-Pues no, pero eso ocurre en ocasiones como ésta. Tener tres niños y estar fuera trabajando te obliga a delegar más en tu marido y en el resto de la familia. Ellos están divinamente en Valencia, no sufren el calor de Madrid. Yo llego allí los viernes y vuelvo el lunes por la mañana, es lo que hay.

¿Cómo lo llevan?

Ellos mejor que yo. En verano es cuando menos me necesitan, están con sus amigos, están todo el rato en la piscina, en la playa? Por suerte, ellos no lo pasan mal; yo sí que lo paso fatal, hay momentos que me derrumbo y lloro. Pero pienso que mi trabajo me hace muy feliz, ellos están contentos y con estos pensamientos me recompongo y sigo adelante.

¿Llorona?

-En momentos, sí. Pero tengo la suerte de que mi trabajo me gusta mucho. Siempre pienso que hay gente que tiene que separarse de sus hijos y su trabajo no le hace nada feliz. En ese sentido, soy una afortunada.

Valencia queda cerca de Madrid con el AVE, ¿no se plantea el viaje de ida y vuelta?

-Cuando estoy en Gran hermano tengo la fortuna de pasar mucho tiempo con ellos, vengo un día a Madrid y si tengo trabajo una mañana entre semana, sí que voy y vengo en el día. Pero ahora sería imposible.

Además, usted escribe libros, le da tiempo de todo. ¿Cómo lo hace?

-Organizándome, en cuanto tengo algo de tiempo me pongo a tope a escribir. Es una actividad que me gusta mucho. Me encanta contar historias en un libro o a través de las redes. Me entretengo y hago pasar buenos ratos a mis lectores, de eso se trata, ¿no?

Volvamos la vista atrás?

-Es algo que no me gusta y sé por dónde va ir usted.

¿Echa de menos aquellos tiempos de ‘Aquí hay tomate’?

-La verdad que no. A los que nos gusta la profesión, nos gusta experimentar; salgan las cosas mejor o peor, siempre te gustan nuevos retos. Aquí hay tomate estuvo muy bien, es un programa donde yo me hubiera quedado de por vida. Era muy cómodo y muy fácil para hacer, era genial.

¿Habría material ahora para hacer un nuevo ‘Tomate’?

Mire, cuando acabó ese programa sentí tristeza, pero también alegría por los retos que estaban por llegar. El balance es positivo.

Un programa muy criticado, ¿le parecían justas las críticas?

-No volvamos la vista tan atrás. Han pasado nueve años y me da perecilla hablar del mismo programa siempre. Sabe usted que contesto a todas las preguntas, pero ésta vamos a dejarla pasar; de verdad, que estoy muy cansada de hablar de ese programa.

Pasamos de pregunta. ¿Le gusta más ‘Gran hermano’ que ‘Supervivientes’?

-Gran hermano, el de anónimos y el de vips, son siete meses en total de trabajo. Es muy intenso porque tienes que verlo en una dimensión diferente. Cuando empieza Supervivientes yo sólo lo veo como espectadora y de vez en cuando; no sigo tan al dedillo los resúmenes, no me veo las galas hasta las tres de la mañana. Me encanta Supervivientes, pero como vengo de los otros realitys descanso y lo veo más por encima. Este año me ha parecido brutal.