madrid - Lara Siscar (Gandía, 1977) tiene muy claras las ideas, incluso cuando está en el centro de la polémica. Admite sus patinazos en directo, le cuesta pasar página de sus errores y admite deportivamente las críticas. Acaba de escribir una novela sobre el mundo del arte, le ha costado su tiempo porque es muy perfeccionista, pero una vez que tiene el libro entre manos, editado y sometido a la opinión del lector, se siente muy feliz con La vigilante del Louvre. Es muy sincera cuando habla del medio para el que trabaja, RTVE. Piensa que las empresas públicas deben estar siempre en el punto de mira y responder a las exigencias de la ciudadanía.

No es usted la única periodista de televisión que escribe libros, ¿tanto tiempo libre deja ese medio?

-Ja, ja, ja? Mucho tiempo no. Los periodistas de la tele, la radio o la prensa también nos preguntamos si podemos hacer algo más. Los que conseguimos terminar una novela, a lo mejor por salir en televisión tenemos más fácil que se nos haga caso. Después está qué es lo que se ha escrito, si es bueno o malo.

¿Desde cuándo tiene una inquietud literaria?

-Siempre he leído de un modo indiscriminado, y mucho. De hecho, yo salía poco cuando era niña y joven porque lo que quería hacer era leer. Llega un momento en el que una intenta probar su capacidad para escribir. Leyendo acabas desarrollando cierto criterio como lectora y creo que es un salto natural pasarte a escribir, sobre todo si eres periodista.

‘La vigilante del Louvre’, ¿le gusta el mundo del arte?

-No soy una gran experta, pero lo llevo muy dentro, porque los cuadros que me gustan llegan a apasionarme; las obras que me impactan me remueven con fuerza.

¿Eso es lo que le ha ocurrido con ‘El origen del mundo’ de Gustave Courbet?

-Exacto, y te remueve por razones obvias, es una imagen con mucha fuerza visual. Es la imagen del sexo femenino explícito y cuando lo vi, me causó tal sensación que no pude evitar preguntarme hasta qué punto puede remover conciencias una imagen como esta. Sobre todo, quería analizarla desde el punto de vista de las mujeres.

¿No le interesa la visión masculina?

-Me parecía más obvia, menos interesante; me parecía más compleja la visión de las mujeres.

¿Es compatible escribir con su trabajo en TVE?

-Completamente. Los horarios están muy marcados y, por mucho que se te complique el día, tres horas para escribir puedes sacar.

Está en 24 horas, desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde en pantalla. ¿Cómo lo lleva?

-Es una maratón. Me obliga a madrugar, me levanto a las seis y veinte de la mañana. Tengo compañeros que dicen que te acostumbras.

¿Usted qué dice?

-Que no, que a eso nadie se acostumbra. Cuando suena el despertador quiero retirarme a la montaña, eso es lo que pienso hasta que salgo de la ducha, después todo bien.

TVE da mucho que hablar, ¿cómo se vive desde dentro?

-Hay muchas polémicas; y desde dentro, esas polémicas se viven muy convulsamente. Los que trabajamos allí siempre intentamos hacer el mismo trabajo, sea cuál sea el equipo directivo, con la misma calidad. Lo vivimos mal porque no nos gusta estar en los papeles con la imagen de que no hacemos bien nuestro trabajo.

¿Se está exagerando fuera lo que ocurre dentro de TVE?

-La atención que se presta a TVE y cómo trata las noticias nunca puede ser exagerada. Es un medio público y a los medios públicos hay que exigirles todo siempre.

Se habla de que hay muchas presiones políticas, sobre todo en el área de informativos.

-En RTVE tenemos el consejo de informativos, que es el órgano representativo de los trabajadores. Ellos son los que se confrontan con las cuestiones del día, son cuestiones puntuales. Yo soy presentadora, no he editado, así que tampoco puedo hablar de forma directa, lo haría del trabajo de mis compañeros.

Las presiones informativas se tienen que notar en el ambiente y en la forma de dar una noticia.

-Voy a ir por otro lado. Todas estas cuestiones de las injerencias gubernamentales en los medios públicos, ya sean del Estado o de las Autonomía, no nos gustan, que desaparezcan es algo que reivindicamos todos los profesionales. Pero tengo que decir que ninguno de los partidos que ha estado o está en el poder ha querido cambiar la situación, son ellos los únicos que pueden hacer algo.

¿Qué es lo que cree que se tiene que hacer desde el poder?

-Conseguir que los medios públicos tengan una financiación que les permita responder solo ante ellos mismos. Mientras eso no se consiga, se acaba dependiendo de la buena voluntad del que manda en Televisión Española o en cualquier otro ente público.

¿Hay buena voluntad?

-Bueno, no sé qué contestarte. Creo que deberíamos todos incidir en esa buena voluntad para hacer un buen trabajo. Insisto, nosotros intentamos que siempre sea así, sea la dirección que sea.

Si nos paseamos por la red con el nombre de Lara Siscar, nos encontramos diversas noticias sobre usted. Una de ellas es por sufrir acoso cibernético.

-También fuera del mundo virtual, en el mundo real, lo sufrí. Se han utilizado las redes para localizar dónde estaba yo. Lo que tienen las redes sociales es que eres menos consciente de tú condición de víctima, te cuesta más aceptarlo porque lo relativizas, le quitas importancia, pero el daño te lo producen igual a ti y a los tuyos: familia, pareja?

“Bueno, y vamos con otras bombas, las deportivas”, es una frase suya en TVE después de recordar el 70 aniversario del bombardeo de Hiroshima y sus consecuencias.

-Cierto. Fue un comentario desafortunado que no voy a defender en la vida, es una metedura de pata. Cuando lo ilustraron en algunos periódicos pusieron a alguien a quien le estaban curando las heridas y no eran esas las imágenes que había en pantalla cuando yo dije esa desafortunada frase.

¿Qué imágenes había?

-Tratamos el tema del bombardeo al principio del informativo y al final estábamos tratando las obras culturales que se habían basado en las destrucciones. Estábamos en una pieza en la que las últimas imágenes eran de las películas Godzilla y Mad Max. En ese punto perdí la referencia. No venía de ver imágenes de gente sufriendo.

¿Es una disculpa?

-No, en absoluto. Me equivoqué, fue una frase desafortunada.

Creía que seguían una escaleta punto por punto.

-Ya ves que no. Cuando no la sigues a veces arreglas errores y a veces los cometes tú. Lo que dije no estaba escrito, fue una mala fortuna mía.

¿Demasiada exposición?

-Sobre todo en el directo porque meteduras de pata tenemos todos: errores, falta de documentación en un tema y equivocaciones. Que se nos vea de inmediato, que no podamos ninguna explicación, solo pasa en un directo.

¿Pasa página rápidamente?

-No, no puedo. Llevo muchos años en esto, he trabajado mucho, no lo he tenido fácil y cuando me equivoco se me queda, me afecta.

¿Cómo asume las críticas?

-Las sufro. Si me he equivocado, es obvio que he cometido un error. Paso página con dificultad, al final relativizo como todos porque no puedes quedarte en el fondo del pozo, hay levantarse y seguir, pero no me da igual.