Diésel con enchufe
Volvo lanza el V60 Plug-in, híbrido que combina un motor gasóleo de 215 CV con otro eléctrico de 70 recargable en la red doméstica. Esta propuesta sofisticada y costosa (60.900 euros) promete un gasto ideal de solo 1,8 litros
LA versión híbrida del V60 ya está en el mercado. Volvo h a mantenido este Plug-in casi dos años en la recámara esperando un despegue del mercado eléctrico que no termina de producirse. Al final se ha decidido a lanzarlo asumiendo que este avance tecnológico no va a ser sino una anécdota comercial. La ejecución más eficiente de la berlina sueca emplea una solución mixta dieseléctrica. Coordina el conocido gasóleo D5 (215 CV), encargado de mover las ruedas delanteras, y un bloque eléctrico (70 CV) que acciona las traseras. Ambos motores pueden funcionar de manera alterna también solidariamente, obteniendo así tracción integral. Esta sofisticada tecnología comporta un precio elevado -reclama 60.900 euros, diez mil más que la versión diésel superior-, aunque homologa cifras de consumo tan reducidas que parecen utópicas (1,8 litros a los cien).
La firma escandinava toma el mismo rumbo emprendido años atrás por los híbridos de PSA y apuesta por armonizar la propulsión eléctrica con una mecánica térmica diésel; su aportación novedosa consiste en incorporar la recarga de las baterías (de iones de litio) en la red eléctrica. Volvo opta por combinar el reputado motor D5, cinco cilindros con 2,4 litros que procura 215 caballos, con una unidad eléctrica que aporta otros 70. Esta unidad eléctrica puede impulsar en solitario el V60 un máximo de 50 km, consiguiendo así nulas emisiones contaminantes. No obstante, el principal cometido de este bloque eléctrico es brindar apoyo al propulsor convencional.
La relación entre ambas mecánicas se gestiona a través de un sistema electrónico que permite elegir entre tres modos de conducción: Pure exclusivamente eléctrico, Hybrid conjunto y Power de alto rendimiento. De cualquier forma, el rendimiento de cada uno de los tres va condicionado a la decisión previa de rodar en modalidades Save o AWD. La primera fuerza la recuperación de energía sobre la marcha para recargar la batería, mientras que la otra conecta ambos motores para obtener tracción integral.
En las condiciones más favorables y difíciles de reproducir en la vida real, el familiar híbrido sueco homologa un promedio de consumo de 1,8 litros a los cien. Este registro espectacular se consigue computando los 50 km del modo exclusivamente eléctrico, cuyo coste de energía es muy reducido. Dependiendo del tipo de conexión a la red de suministro, la realimentación de la batería requiere enchufar el coche entre cuatro horas y media y siete horas y media. El acumulador también se recarga durante la marcha, por medio del motor diésel y gracias a la energía recuperada en las frenadas.
El Plug-in no presenta grandes diferencias estéticas respecto a otros Volvo V60. La excepción es la pequeña compuerta para la toma eléctrica situada sobre el paso de rueda del conductor. El diseño interior, los acabados y las dotaciones son bastante semejantes a los que lucen las unidades mejor ataviadas del reparto sueco.