bilbao. Juega con la seducción, con nocturnidad y alevosía, le gusta ponerse en el lado de los oyentes y ofrecerles aquello que a él le gustaría escuchar entre la una y las dos de la madrugada. Jon Martija lleva veinte años en el mundo de la radio y disfruta con esas entrevistas que no han llenado las páginas de actualidad de la jornada pero que aportan puntos de vista interesantes, otras realidades más allá de la información pura y dura. Música, cultura, ciencia, de todo cabe en La última seducción de Onda Vasca.

¿Qué horario resulta más cómodo para seducir: la mañana, la tarde o la noche?

Ese ritmo más tranquilo que tiene la noche, supongo yo, que facilita las cosas; menos ruido, menos prisas, pero el reto es seducir en cualquier horario y no vamos a dormirnos en los laureles y pensar que por ser de noche es todo más sencillo.

¿Le gusta la nocturnidad?

Sí que me gusta, pero cada vez menos; he de confesar que he sido bastante gautxori pero al final acabas cansado de esa vida a la contra de la mayor parte de la gente. Disfruto mucho las mañanas, los amaneceres cada vez me gustan más.

La noche se va quedando más vacía y sola en las ciudades.

Sí, creo que cada vez hay menos gente por la calle. Hace unos años sí que había un poco más de alegría. Incluso los viernes sale mucha menos gente por la noche, los días de labor esto parece un desierto.

¿Nota mucho la soledad ante el micrófono?

Sí, estoy solo porque también hago yo el autocontrol y los colaboradores este año no vienen al estudio. El año pasado venía alguno y te alegraba un poco la vista ese cara a cara. Las entrevistas también son por teléfono.

Defina 'La última seducción'.

Es un programa en el que caben muchas cosas: temas culturales, sociales, temas curiosos, científicos... de todo, pero sin la prisa de todo el día. No sé si tienes perro, para que te pongas un poco en situación: Cuando dos personas van paseando a sus perros y se encuentran en la calle... ¿Qué suelen hacer los perros? Habitualmente se ponen a olerse el culo y los dueños tiran de la cadena, no les dejan que se comuniquen entre ellos.

¿Qué tiene que ver con su programa un paseo de perros?

Pues aquí, en La última seducción, dejamos que se huelan los culos, aunque resulte fuerte la expresión. No metemos prisa, ni presión; que la gente se exprese libremente, que esté tranquila, y no tiramos de la cadena.

¿A qué invita más 'La última seducción': música, entrevistas, charla, tertulia??

Quizá, por haber empezado hace veinte años con la música, me tira más la charla, el escuchar a las personas; pueden ser músicos hablando de su música. Aunque hay bastante presencia de la música, todas las semanas elegimos un disco de las novedades que han salido y cada día escuchamos una de las canciones de ese trabajo. Tres días a la semana tenemos una sección que se llama Una canción con historia. Escogemos un tema de algún cantante que cumple años o de algún grupo y repasamos las curiosidades de la canción: cómo se compuso, si hubo problemas en la grabación... y si el tema está cantado en inglés, traducimos la letra.

¿Con qué tipo de entrevistas le gusta seducir a sus oyentes?

Para cuando llegamos nosotros, los programas Euskadi hoy, Euskadi Magazine, La tarde en Euskadi, Gabon, los informativos han trillado lo que es la actualidad con mayúsculas. Nosotros buscamos temas que no ocupan las primeras planas, temas que aparecen más en las contraportadas de los diarios. Aunque tengo que añadir que La última seducción no es un programa cerrado prácticamente a nada.

Con un programa tan nocturno, el irse a la cama se retrasa bastante.

No muy tarde y tengo una suerte: no me cuesta dormirme, no tengo muchos problemas con el horario.

¿Es de los que amanece tarde o temprano?

Intento amanecer pronto, mi media de sueño suele andar entre las seis horas, a veces cinco, a veces siete... añoramos las ocho horas, pero eso es un privilegio burgués.

O de quien no tiene trabajo.

Es otra perspectiva, pero me imagino que la situación tampoco les dejara conciliar el sueño o descansar tranquilamente.

Además, usted colabora con el programa de Begoña Beristain: 'La tarde en Euskadi'.

Sobre todo con el tema musical, llevo también la página de Facebook o busco temas para el programa de Begoña. Este año, con la entrada de Alfredo Irasuegi en el equipo y llevando él más peso, me siento más liberado para dedicarle más tiempo a La última seducción.

¿Qué es lo que más le seduce a Jon Martija?

Me seducen tantas cosas; la variedad, que no seamos un programa fácilmente etiquetable. Soy de esas personas que se pueden aburrir fácilmente con lo previsible. Realmente, lo que me seduce es lo que hago en el programa. Los temas que veo que me llaman la atención son los que me apetece meter en el programa.

¿Qué es lo que le gusta de la radio?

Sé que muchos compañeros míos de la radio comentan que ellos querían ser locutores desde pequeños; yo no, yo he sido más oyente y me sigo sintiendo más oyente a este lado de la radio. Me gusta entrevistar a gente a la que quiero escuchar, es más interesante lo que ellos cuentan que mi protagonismo.

Si no era de los que soñaba con la radio, ¿cómo acabó en ella?

De casualidad. Hace veinte años, una persona, hoy un compañero, estaba buscando a alguien para hacer un programa musical, a mí me gustaba la música, hice una prueba y así empecé.

Detrás de un micrófono, de noche y sin que nadie le vea, ¿esa intimidad da más libertad?

Es verdad, te sientes más libre a la hora de hablar, no dices lo primero que se te cruza por la cabeza, pero sí sientes más libertad. También puede ocurrir que alguien por la calle te reconozca por la voz. No hace mucho me pasó a mí en el supermercado; pedí cien gramos de jamón, solo eso, y el charcutero se me quedó mirando y me dijo: Tú eres el de la radio.

¿Qué armas de seducción tiene?

¿A nivel personal o profesional? La voz, intento ser lo más natural posible al expresarme en antena, hacerlo de igual manera que lo hago en persona, no irme a una voz de personaje. La voz en la radio es un arma de seducción masiva.