Vitoria. Es consciente de la popularidad que tiene y sabe que pisar la calle tiene un precio: miradas, fotos y autógrafos. Los niños, fans fervorosos de Frank de la jungla, se quedan con la boca abierta y ni parpadean ante su presencia. "Es muy normal y se pone para la fotos sin problemas", era el comentario generalizado el día que concedió está entrevista. A lo largo de la conversación confiesa que dejó la televisión porque no se veía tal y como es, porque quiere seguir siendo el de siempre, con su forma habitual de hablar. Además quiere gestionar su tiempo y su presencia en otros programas de televisión y no le interesa nada el mundo de la publicidad. A él le preocupa su negocio, la academia de tenis que tiene en Tailandia, y el tráfico ilegal de animales que pone en riesgo la supervivencia de algunas especies. Si se le pregunta por una animal que le dé miedo, no tiene ninguna duda: el hombre. Por el resto de los animales siente un inmenso respeto.

¿Qué podemos encontrarnos en el libro 'Las aventuras de Frank de la jungla'?

Es una bitácora que ha hecho Nacho Medina a partir de lo que hemos hecho en el programa. La gente lo ha visto desde fuera y cuando ahora lo lee, se mete dentro de la televisión. Los espectadores van a conocer las experiencias que todos nosotros vivimos juntos. Es un libro muy divertido, siempre digo que es un libro para leer en el baño. En vez de llevarte a Zipi y Zape o Mortadelo, te puedes leer un capítulo de este libro.

Supongo que habrá algún animal que le de más miedo que otro. ¿Qué bicho es el que más le aterroriza?

El hombre, ese es el animal que más miedo me da: el humano. Los animales nunca vienen hacia ti, es muy difícil, tienden a irse. El animal nunca tiende a hacer daño porque sí; el hombre sí lo hace y lo hace porque le da la gana. Miedo no tengo a ninguno, muchísimo respeto a muchísimos. El que se puede decir que me hace cagarme de miedo es el elefante.

¿Por lo impresionante que es?

No, porque cuando quiere cogerte no lo paras, si un elefante te quiere matar, te va a matar, arrasa con todo.

¿Cuántos accidentes ha tenido?

Pequeños accidentes muchos, aunque no tantos como la gente se piensa. Si estoy grabando, agarro los bichos; pero sí estoy solo, no voy agarrando a ninguno, solo miro. No sufro tantos como parece, pero sí de vez en cuando, si juego con fuego.

¿Por qué está fascinación por el mundo de los animales, la jungla, lo salvaje?

¿Tienes hijos?

Sí, pero...

¿A qué niño no le gustan los bichos? Lo que pasa es que cuando la gente se hace mayor pierde la ilusión por cosas que son muy bonitas. Tuve la suerte de que me marché muy joven de casa y tuve una serpiente; ahora tiene treinta y dos años. Ella ha vivido conmigo, con mis novias, hijos, familia, trabajos, países... Nadie me ha podido matar esa ilusión por los animales.

¿Mantiene que no va a hacer más programas de televisión?

Sí, lo paramos cuando íbamos a empezar otra historia. Dije que se acabó y se ha acabado.

¿Por qué corta algo que parece rentable?

Cuando empezó esta historia de Frank de la jungla yo decía: Culo, caca, pis... decía joder y la gente decía: "Va bien". Pero cuando te haces muy popular, toda esa gente que está ganando mucho dinero contigo empieza a temblar y dice: "A ver si este la caga y jode el negocio". Comienzan a decir: "No digas esto, no digas eso, no hables de esto, no digas esta palabra...". Y llega un momento en el que te preguntas: "¿Qué queréis que sea yo?". Te insistían: "Vete a este programa, haz esta publicidad".

¿Se sentía presionado?

Claro, quiero ser yo mismo, el que he sido siempre. Me he negado a ir a los programas, a hacer publicidad y otras cosas. Llegó un momento en el que la presión era tan fuerte para mí y dije: "Si esto no me gusta, si esto es aburrido; se acabó". Hubo una reunión y les dije que se había acabado y me fui para mi casa. Ahora estoy haciendo vídeos en Youtube y estoy feliz.

Aunque todos le conocemos por el mundo animal, usted se fue de León, su tierra, por el tenis.

Sigo con el tenis. En Tailandia tengo mi academia, es lo que me da dinero, no la televisión. La gente piensa que te haces millonario con la tele y no es así, no en mi caso. Si no te dedicas a lo que es el show business, ganas muy poquito; te pagan por hacer el programa y ya está, no tenemos derechos de imagen, ni nada. A mí lo que me preocupa es el tenis. Siempre digo: "El tenis es mi mujer y el tema de los animales mi amante".

¿Puede vivir sin animales?

No puedo vivir sin el tenis pero sí puedo vivir sin animales y sin televisión. El tenis siempre me ha mantenido.

¿Sigue teniendo muchos animales en su casa?

Depende cómo vaya el tema. Hay época donde recogemos más animales. Cuando empieza la primavera empieza el tráfico ilegal de animales. En mi casa puede haber cien animales o cuatro. Ahora hemos abierto un espacio nuevo para la recuperación de estos animales que se recogen y ya no los tengo en casa, están a doscientos metros de ella.

¿Qué tipo de animales rescata usted del tráfico ilegal?

Dragones de Komodo, canguros, serpientes... de todo. Lo más curioso que me he encontrado en un mercado ilegal fue un ornitorrinco que lo vendían por 65.000 dólares.

¿Qué países demandan animales procedentes del tráfico ilegal?

Países europeos como Alemania, Holanda o Bélgica. También hay demanda por parte de China.

China se los come y el resto ¿qué hace con estos animales?

La raza humana es gilipollas. El que tiene dinero consigue lo que quiere; si quiere un tigre, tiene el tigre, el león o el elefante. Cuando hicimos La selva en casa, nos encontramos leones detrás de las casas; en Barcelona grabamos a un tigre que un tío tenía en un cuarto piso y lo bajaba en el ascensor a pasear por el parque. Te quedas alucinado. Así es la raza humana: quiere algo que sea diferente para fardar, para chulear...

¿Se mueve mucho dinero en este negocio?

Muchísimo, después de las armas es el segundo negocio del mundo. El tráfico es bestial, yo he visto auténticas barbaridades. Hay animales que están en riesgo de desaparición y siguen traficando con ellos.