MADRID. Era de esperar que surgieran dudas o malos entendidos sobre esta nueva política ya que el documento publicado por Instagram estaba en un perfecto inglés, y sin posibilidad de traducción, además de ser un texto largo y, en ocasiones, incomprensible.
Instagram ha aclarado, a través de su blog oficial, que no comercializará las fotografías de sus usuarios. Pese a que la compañía quiere insertar o, al menos, "experimentar" con la publicidad nada tiene que ver con la venta de las instantáneas de la red social.
"Fue interpretado por muchos como que íbamos a vender sus fotos a otros sin ningún tipo de compensación. Esto no es cierto y es error nuestro que este lenguaje fuera confuso. Para que quede claro, no es nuestra intención vender fotos de los usuarios", ha expresado el co-fundador de la compañía, Kevin Systrom.
Muchas empresas utilizan Instragam como medio para publicitar sus negocios y así aumentar la participación y la construcción de un público mayor. En esta vía, la compañía ha querido aclarar que si una persona es seguidora de dicha empresa en la red social, sus datos o sus interacciones con la misma pueden hacerse públicos con el fin de hacer una promoción "más relevante y útil".
La nueva Política de Privacidad y Términos de uso entrará en vigor en 30 días. En cuanto a los derechos de las fotografías subidas a la aplicación, nada ha cambiado. El contenido sigue siendo propiedad de sus dueños así como sus derechos de explotación.
La configuración de la privacidad tampoco ha variado. El usuario seguirá eligiendo quién puede ver o con quién comparte sus instantáneas, es decir, solo podrá acceder al contenido aquellas personas que el usuario permita.
"Tenemos que ser claros acerca de los cambios que hacemos, es nuestra responsabilidad. Una de las principales razones de que estos documentos no tengan efecto inmediato es que queríamos asegurarnos de que los usuarios tengan la oportunidad de plantear sus inquietudes al respecto".