Vitoria. Luisa Martín (Madrid, 1960) es una actriz que no se conforma con leerse el papel, va más allá y se construye sus propios personajes confiando en que el esfuerzo que les dedica les haga más creíbles. A lo largo de la entrevista habla de la situación de la televisión, de las circunstancias económicas que golpean de lleno en la estabilidad laboral de los ciudadanos; pero ella no cae en la desesperación e invita a la revolución del ánimo y quiere decir a los políticos que la gente del mundo de la cultura no son unos vagos; que la cultura es industria y que no hay que castigarla.

¿Qué le parece su papel en 'Frágiles'?

Es un papel muy bonito. Yo estoy acostumbrada desde hace unos años a hacer de madre; por la edad, principalmente. Este papel ha supuesto un reto especial, había que crear un personaje a la medida y que respondan a los problemas que se le plantean por el nacimiento de su hija. Cuando me plantearon el personaje, me tomé la situación con muchas ganas. Tengo la suerte de que el papel de hija lo interprete Ruth Núñez.

¿Se conocían de antes?

A parte de ser una magnifica actriz y querernos mucho, he estado trabajando con su pareja en una obra de teatro y teníamos una gran relación, es una gran estudiosa de sus papeles y nos pusimos a trabajar en la línea de lo que queríamos, acercarnos lo más posible a la realidad.

Una hija con un problema muy complicado, el síndrome de Asperger.

Sí, es una enfermedad complicada, pero una vez que acepto ser su madre, decido lo que siempre hago cuando tengo hijos, quererles. Ha sido un proceso muy bonito. El personaje como madre es muy consciente del proceso de su hijo y ella lo vive de una forma, la hija lo vive de otra y como en todas las cosas en las que se pone mucho amor, a veces se beneficia y a veces se perjudica sin querer. Es un personaje muy apasionante y cada frase es un auténtico reto.

En esta serie se trabaja sin diálogos escritos, ¿le ha resultado difícil este sistema?

No, la verdad es que no; a lo mejor suena un poco pretencioso pero sorprendentemente no. Entre Ruth y yo hay una comunicación muy especial. También he tenido una química muy buena con Santi Millán, todo el equipo ha disfrutado mucho cuando grabábamos juntos, ha habido mucha complicidad. Surgían las palabras de una forma natural. No quiero que se interprete esto como un comentario soberbio, ha sido fácil. Ha sido apasionante el trabajar así.

¿Qué otros proyectos tiene entre manos?

Estaba en Gran reserva y aún no se ha emitido el trabajo que hemos hecho por los problemas presupuestarios de Televisión Española.

¿Qué cree que va a pasar con esta serie?

No sé nada. Se ha publicado que se va a empezar a emitir, pero son rumores de corrillos; yo hasta que no me digan nada de la productora no me lo creo. Supongo que se emitirá. Es una serie que está muy bien hecho, que hay una temporada terminada y que ha tenido mucho éxito, sería una tontería que siguieran emitiendo películas del Oeste mientras tienen series estupendas guardadas. Lo que pasa con esta serie también pasa con Los misterios de Laura, Águila Roja u otras. Que no se emitiera sería raro, no diré que sea una estafa, pero caramba, es un dinero que ya está pagado. No puedo decirte mucho porque esto de la tele siempre es un misterio sin resolver.

Siempre tenemos la tentación de llamarla usted la Juani, su personaje de la JuaniMédico de familia

Cada vez menos, la gente me ve en otros papeles y ya sabes cómo es esto, se quedan con el último personaje que ven. Lo que me gusta de todo esto, es que después de hacer un personaje como la Juani, agente Ortega o la Chirla, que la gente lo recuerda y que pase el tiempo y que alguien se acuerde de aquel papel de Médico de familia (mira que han pasado años), me llena de orgullo. Hacer creíbles los personajes y que se recuerden es muy importante para un actor.

Usted es capaz de interpretar con todo tipo de acentos, ¿es un don o tiene que preparar al personaje?

Tengo capacidad para ello, pero no creo que sea mérito mío; es genética, mi madre es una mujer graciosa e imitaba muy bien los acentos y lo he vivido en casa desde que era muy pequeñita. Mi hijo con nueve años también tiene esa capacidad, a lo mejor se lo he transmitido yo. Me divierte y juego con mi hijo a decir cosas en japonés, en chino, en rumano.

Es una ventaja grandísima para trabajar, ¿no?

No sé si es ventaja, esto en EEUU si es una ventaja; gente como Meryl Streep ha llegado hasta donde ha llegado es por esto. Uno de sus grandes méritos en Memorias de África es que le valoraron muchísimo que tuviera un acento sueco. Aquí no se valora, aunque para mí sea fantástico porque sé que puedo hacer muchas cosas y no tengo que hacer grandes esfuerzos para poder hablar con acento andaluz, gallego, extremeño o el que sea.

¿Es ambiciosa?

No, voy pasito a pasito, lo he hecho siempre y lo único que quiero es hacer un trabajo continuado y honesto. Afortunadamente, lo he conseguido pero no soy nada ambiciosa. Me conformo con vivir de esto y dar vida a los personajes que me ofrecen es lo más importante.

Hemos comentado cómo TVE guarda en la nevera series de gran éxito, ¡cómo se ha puesto la televisión!

Televisión Española lleva arrastrando desde hace años un gravísimo problema. Me imagino que el señor que ha entrado ahora a dirigirla tiene que tener vocación de arreglarlo porque me supongo que en este momento nadie querría ser director de TVE, hay problemas muy graves que solucionar y no tiene que ser plato de buen gusto. Para todos los ciudadanos la situación es muy complicada, aunque yo soy optimista.

Debe ser la única optimista que queda en el planeta.

Yo hago la revolución del ánimo, hay que transmitir buena energía, buenas vibraciones porque de lo contrario no vamos a salir nunca de esta historia y si alguien se ha llevado lo que falta, que lo devuelva. Creo que es muy importante que estemos animados y que estemos unidos frente a una situación de este tipo.

El futuro está en manos de la clase política, no sé si es para preocuparse más.

No nos olvidemos que los políticos son empleados nuestros y quiero decirles que nuestro sector; el del cine, el de espectáculos, el de la cultura, no somos una pandilla de vagos, que somos una industria que se vende muy bien por todo el mundo.