Hyundai i20 cambia de atuendo al i20 para no perder la estela de los principales utilitarios. El modelo, que llegará a los concesionarios antes de verano, se enfrenta a esta exigente prueba de selectividad exhibiendo un envoltorio ligeramente retocado para imitar los rasgos de los nuevos miembros de la familia. El compacto concentra las modificaciones en su rostro, ahora más vistoso y elocuente, pero no descuida la faceta técnica. Incorpora al repertorio un eficiente motor diésel de tres cilindros con 75 caballos que bate registros de austeridad e impacto medioambiental al requerir menos de cuatro litros cada cien kilómetros. El i20 cobra interés y se pone en su sitio gracias a unos contundentes descuentos promocionales (2.300 euros en las versiones gasolina y 2.600 en las diésel), que permiten abrir su tarifa de 11.090 a 17.790 euros.
Hyundai se obstina en ser admitido como uno más entre los grandes fabricantes occidentales. Para lograrlo continúa esmerándose para adecuar su muestrario de productos a los gustos y a las exigencias de la clientela europea. Ese empeño ha obligado a la marca coreana a reorientar su discurso estético y a elevar el baremo de la calidad. Los primeros beneficiados de esa evolución son los propios automóviles, cada vez mejor valorados y también más demandados. Pese a la regresión general de las ventas de coches y a que el aumento de entidad comporta un inevitable incremento de los precios, lo cierto es que la Hyundai sigue conquistando cuota de mercado. La casa asiática lleva la contraria al mercado español, que cae el 6,9% de enero a mayo, al prosperar un 11,6%.
En esa estrategia de equilibrar el balance y ganar prestigio va a resultar decisiva la aportación del i20. El compacto está llamado a convertirse en uno de los soportes comerciales de la firma, por lo que habrá de dar la talla ante una nutrida competencia de rivales europeos. Ante a él se abre un frente de batalla con contendientes de entidad y crédito considerables (Peugeot 208, Seat Ibiza, Opel Corsa, Ford Fiesta, VW Polo, Citroën C3, Skoda Fabia, Renault Clio, Toyota Yaris, etc.).
Casi todos esos pretendientes discurren por una estrecha franja económica, motivo por el cual el precio ha dejado de ser un diferencial determinante a la hora de decidir la compra. Al final, esta suele resolverse por detalles, bien criterios subjetivos (principalmente de índole estética) o bien por el valor añadido de un determinado producto (la imagen de marca o las prestaciones suplementarias). Es en este momento cuando Hyundai juega su as en la manga, haciendo valer las ventajas de su Plan Confianza Triple 5, que brinda gratuitamente cinco años de garantía mecánica completa sin límite de kilómetros, controles preventivos del coche y asistencia en carretera.
con otra cara El i20 a punto de salir a escena reemplaza al modelo estrenado en 2009. El debutante no altera sustancialmente las proporciones del antecesor; tampoco transforma de modo radical su porte o su envergadura. Los creativos del centro de estilo europeo de la compañía se han intervenido en la fachada para que guarde coherencia con las de las últimas creaciones.
La nueva concepción de este automóvil multiusos requiere paragolpes algo más voluminosos y esculpidos. Su inclusión provoca un leve incremento de la eslora (gana cinco centímetros y medio), que así alcanza 3,99 metros; las demás cotas del vehículo permanecen invariables (1,71 metros de anchura, 1,49 de altura, 2,52 de batalla y 295 litros de maletero). Aunque el proyecto contempla carrocerías de tres y de cinco accesos, no está claro que la primera llegue a comercializarse aquí debido a la escasa clientela que concita.
Los estilistas de la casa maquillan el rostro del utilitario para acentuar el parecido con los hermanos mayores. Contemplado por el retrovisor, el i20 se puede confundir ahora con un i30. A ello contribuyen los rasgos -rotundas defensas, los grupos ópticos achinados y el capó de seis lados provisto de dos nervios centrales en forma de cuña- que conforman su semblante. Los cambios a bordo no son tan abundantes ni tan significativos. La configuración del cuadro y la instrumentación recuerdan a otros Hyundai; varían la posición de algunos controles, los tonos de algunos plásticos y los revestimientos de los asientos.
El fabricante enriquece las dotaciones puestas al alcance del vehículo para propiciar su equiparación con los contendientes más punteros y pertrechados. Todos salen de fábrica con luces diurnas tipo LED, aire acondicionado, controles de estabilidad y tracción, ocho airbags, faros antiniebla y elevalunas delanteros. Los tres acabados superiores van agregando detalles como el encendido automático de alumbrado y de limpiaparabrisas, cámara de visión trasera con pantalla en el retrovisor, programador de velocidad, navegador, etc.