- Emmanuel Macron fue investido ayer para un segundo mandato de cinco años como presidente francés que, según avanzó, estará marcado por “un proyecto europeo de progreso científico y ecológico”, en el que la primera prioridad será el conflicto en Ucrania. “La fase que se abre será la de una acción resuelta para Francia y para Europa”, subrayó Macron en un discurso de poco menos de diez minutos durante la ceremonia protocolaria que, siguiendo unas pautas que apenas han cambiado desde la III República (1870-1940), se desarrolló en el Palacio del Elíseo.
Lo más urgente -destacó- es “evitar cualquier escalada tras la agresión rusa en Ucrania” y “ayudar para que gane la democracia” en ese país, para así “construir una nueva paz europea y una nueva autonomía de nuestro continente”.
El mandatario francés de 44 años hizo una clara interpretación del significado de su reelección el pasado 24 de abril en la segunda vuelta de las presidenciales, con un 58,5 % de los votos frente a la candidata ultraderechista, Marine Le Pen.
“Donde muchos pueblos han cedido al repliegue, a la tentación nacionalista, a la nostalgia del pasado, a las sirenas de ideologías que pensábamos haber dejado el siglo pasado, el pueblo francés ha optado por un proyecto europeo de progreso científico y ecológico”, dijo. “Un proyecto -añadió- claro y explícito de futuro, un proyecto republicano y europeo, un proyecto de independencia en un mundo desestabilizado” y que “da la espalda a la demagogia fácil”.
Esa insistencia en su programa europeísta se va a concretar en su agenda de comienzos de la semana próxima, ya que el lunes por la mañana estará en el Parlamento Europeo en Estrasburgo para el cierre de la Conferencia para el Futuro de Europa, que se había lanzó hace un año para implicar a los ciudadanos.
Mañana por la tarde, Macron tiene previsto viajar a Berlín su primera visita al extranjero tras su reelección, un clásico de los presidentes franceses cuando entran en funciones. Allí se reunirá con el canciller, Olaf Scholz, en un encuentro con el que pretende mostrar “la importancia del eje francoalemán”.
Más allá de esa dimensión profundamente europea, su discurso también quiso ser un anticipo de su voluntad de intentar abordar las múltiples fracturas que atraviesan Francia y que han quedado en evidencia en sus primeros cinco años en el poder y en la campaña electoral para su reelección.
Aseguró que trabajará “para construir una sociedad de pleno empleo”, para hacer de Francia una “gran potencia ecológica” y para “seguir atacando de raíz las desigualdades” con “una escuela cada vez más incluyente” y “con una sanidad más accesible en todo el territorio”.
También prometió actuar en favor de la igualdad de hombres y mujeres Y para proteger a los franceses con un Ejército “fuerte” y presente “en todos los continentes”.
Su objetivo último es “una nación más independiente, vivir mejor y construir respuestas francesas y europeas a los desafíos de nuestro siglo”.
Sobre el método, aseguró que su acción no consistirá en “administrar el país” ni en “encadenar reformas”, en una clara respuesta a los que le reprochan haber gobernado desde una torre de marfil sin tener en cuenta el sentir de la calle, con el recuerdo puesto en el estallido social de los “chalecos amarillos”.
En lugar de eso, afirmó que “tenemos que inventar entre todos un nuevo método (...) con el que podamos construir un nuevo contrato productivo, social y ecológico”. Eso -dijo- implica “respeto, consideración, la asociación de todos”.
Al término de su discurso, en la sala de fiestas del palacio presidencial, la ceremonia continuó en los jardines del Elíseo, donde se pudieron escuchar 21 salvas de cañón lanzadas desde los Inválidos, en la otra orilla del río Sena, y donde rindió homenaje a la bandera y pasó revista a una pequeña representación del Ejército.
l Invitados. A la investidura de Macron estuvieron invitados alrededor de 450 personas, entre los que destacaron los dos presidentes que le precedieron en el Elíseo: el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy, así como tres antiguos primeros ministros: Édouard Philippe, Jean-Pierre Raffarin y Manuel Valls.
l Gobierno. Los miembros del Gobierno de Jean Castex van a permanecer en el cargo al menos hasta el próximo fin de semana, hasta el término formal del primer mandato de Macron, el día 13 a medianoche.
l Legislativas. Después de eso sí que habrá un nuevo Ejecutivo cuya misión primera será preparar las elecciones legislativas de los próximos 12 y 19 de junio en las que el presidente confía en conseguir una mayoría parlamentaria -es lo que anticipan las encuestas- ya que en caso contrario se vería obligado a una cohabitación.