- En Vitry-sur-Seine, ciudad de 90.000 habitantes a las afueras de París, reina la decepción tras la derrota de la izquierda en las elecciones presidenciales. Sus vecinos dejan para el último momento una decisión que podría cambiar el destino del país: ¿votar por Macron o no?
A los márgenes del glamour y la estampa parisina, las ciudades de la periferia de la capital francesa representan la región más poblada y más densa de Francia, conocidas históricamente como el “cinturón rojo” por la abundancia de alcaldes comunistas.
Con el 30,24% de los votos, ligeramente por delante del liberal Emmanuel Macron, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon quedó en cabeza en la primera vuelta de las elecciones y dejó claro a los dos candidatos a la presidencia, Macron y Marine Le Pen, que cortejar a sus electores es imprescindible para llegar al Elíseo.
“Hay algunos ciudadanos para los que es muy difícil decidir lo que harán el domingo. Durante cinco años ha habido una política que les ha perjudicado mucho, por eso no pueden poner un voto para Macron, y eso podría hacer ganar a Le Pen”, alerta el alcalde de la localidad, el comunista Pierre Bell-Lloch.
Desde su luminoso despacho, en un ayuntamiento que ahora ha quedado a las puertas de la capital gracias a un nuevo tranvía que lleva a París en menos de quince minutos, este alcalde de origen catalán se ha visto en la necesidad de reconocer que votará a Macron para tratar de impedir una victoria de Le Pen.