- El Gobierno del Reino Unido anunció ayer que impulsará una legislación que plantearía un plazo para que prescriban los crímenes cometidos “por todas las partes” durante el pasado conflicto armado en Irlanda del Norte (1968-1998).
El ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, anunció la medida, calificada por sus críticos de “amnistía encubierta”, que se aplicaría en principio tanto a las Fuerzas Armadas británicas como a los paramilitares unionistas (protestantes) y republicanos (católicos).
Lewis indicó que el Ejecutivo tramitará el proyecto de ley en otoño, cuando se regulará la aplicación de esta llamada “limitación estatutaria”, y sostuvo que, aunque el asunto es “complejo”, es “la mejor y única manera” de zanjar el legado de crímenes no resueltos del conflicto, que concluyó con la firma de los Acuerdos del Viernes Santo, del 10 de abril de 1998.
En una comparecencia previa, el primer ministro británico, Boris Johnson, argumentó que esta legislación, que cuestionan tanto la oposición laborista como los Gobiernos de Belfast y Dublín, “pondrá un punto final” al legado de ese fatídico periodo, conocido en las Islas Británicas como The Troubles (el conflicto).
El portavoz en los Comunes del Partido Democrático Unionista (DUP, el principal de Irlanda del Norte), Jeffrey Donaldson, rechazó por su parte “cualquier forma de amnistía”, como también cuestionan los representantes del Sinn Féin, que fue brazo político del IRA.
Por su parte, Amnistía Internacional aseguró ayer que el plan del Gobierno británico demuestra un “desprecio total por las víctimas”, a las que se priva de su derecho a “conocer la verdad y que se haga justicia”.