Londres - La primera ministra británica, Theresa May, obtuvo ayer apoyo suficiente de los parlamentarios conservadores para ganar el voto de confianza sobre su liderazgo celebrado anoche. En total, un total de 200 parlamentarios tories la respaldaron como líder, frente a 117 que votaron en contra de que siga al frente del partido. Con la victoria, la primera ministra obtiene inmunidad para no tener que enfrentarse a ningún otro tipo de desafío similar durante un año.
El ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, reaccionó felicitando a May por cómo “su aguante, resistencia y decencia” ganaron nuevamente, brindándole la oportunidad de pilotar el Brexit. En la misma línea, el ministro de gabinete, Chris Grayling, resaltó que el resultado es “una clara señal de que May es la persona adecuada para liderar el país a través del proceso del Brexit”.
En una votación secreta, el miedo era que muchos tories votasen a puerta cerrada en contra de lo que señalaron en público, con muchos de ellos publicando en redes sociales su papeleta con una cruz en el cuadro en el que daban su apoyo a la primera ministra. El partido conservador tiene un total de 317 escaños, lo que implicaba que la primera ministra necesitaba 159 votos para obtener la mayoría. Los parlamentarios votaron durante dos horas en Londres y finalmente el resultado fue hecho público a las nueve de la noche hora local (22.00 horas en Euskadi).
La libra reaccionó positivamente cuando se anunció que May había ganado, pero se tambaleó cuando el tamaño de su mayoría se hizo pública. La libra está teniendo una semana igual de complicada que la primera ministra, con fuertes caídas, hasta nuevos mínimos de los últimos 20 meses, hasta situarse hasta 1,2475 frente al dólar a primera hora de ayer.
Uno de los que la apoyaron abiertamente fue el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove: “Respaldo a la primera ministra al 100%, e insto a todos los diputados conservadores a que hagan lo mismo. Ella está luchando duro por nuestro país y nadie está en mejor posición para garantizar que cumplamos con el pueblo británico”. Otra figura clave que le tendió su apoyo fue el ministro de Interior, Sajid Javid, diciendo como lo último que necesita Reino Unido en este momento es una elección para el liderazgo del partido Conservador: “Será visto como autoindulgente e incorrecto”.
A primera hora del día, May se ha comprometido a luchar “con todo” lo que tiene después de hacerse público que 48 diputados enviaron cartas a Graham Brady, presidente del Comité del Partido Conservador de 1922, pidiendo un voto de confianza en su liderazgo.
De pie, frente al número 10 de Downing Street, la primera ministra insistió en que ella es la mejor persona para dirigir al partido y sacar al Reino Unido de la Unión Europea. “He sido miembro del Partido Conservador por más de 30 años. Lo he hecho como activista, concejala, diputada, ministra en la sombra, Ministra del Interior y ahora como primera ministra”, defendió May.
Además, añadió cómo quiso llegar a primera ministra porque cree en la visión conservadora de “un futuro mejor, una economía próspera, sin ningún sitio ni nadie que se quede atrás, una sociedad más fuerte donde todos puedan aprovechar al máximo sus talentos”.
May apeló a sus compañeros de filas favorables al Brexit, diciéndoles como está claro que un cambio de liderazgo en el Partido Conservador en este momento pondría “en riesgo el futuro de nuestro país y creará incertidumbre cuando menos podamos pagarlo”, además también les recalcó que no se volverá a presentar a unas elecciones generales.
Fuera de tiempo Los cálculos de May apuntaban a cómo en el caso de elegir a un nuevo líder para sustituirla no habría tiempo para renegociar un acuerdo de retirada de la UE y obtener la legislación en el parlamento antes del 29 de marzo, por lo que uno de los primeros actos de su supuesto sucesor tendría que ser, o bien extender o rescindir el Artículo 50, retrasar o incluso detener el Brexit. La conservadora defendió como un cambio en el liderazgo no cambiaría los fundamentos de la negociación del Brexit, y como “las únicas personas cuyos intereses serían atendidos” serían los de los laboristas Jeremy Corbyn y John McDonnell. Cerrando su desafiante discurso, la primera ministra añadió: “Me dediqué sin reservas a estas tareas desde que me convertí en primera ministra, y estoy lista para terminar el trabajo”.
Theresa May había esperado evitar este enfrentamiento con su viaje relámpago a La Haya, a Berlín y a Bruselas para ganar m ás concesiones en el espinoso asunto del respaldo. Pero los eventos avanzaron rápidamente y se vio obligada a suspender nuevamente una reunión de su gabinete, así como su viaje a Irlanda.
Si hubiese perdido, Reino Unido tendrá un nuevo primer ministro en el nuevo año, probablemente uno favorable al Brexit, dado que son los miembros del partido enormemente euroescépticos los que tienen la última palabra sobre quién debe ser el líder. Ahora, el reloj del Brexit marca un período de apenas 108 días hasta que Reino Unido abandone la UE y el partido tory está más dividido que nunca sobre la manera en la que Londres debe salir del bloque común.