En 2016, la revista Forbes incluyó a Domenico Lucano entre los cincuenta líderes más influyentes del mundo junto a Barack Obama, Angela Merkel o el Papa. El político italiano es el alcalde de Riace, una pequeña localidad costera calabresa de menos de 1.500 habitantes que se ha convertido en un referente en la defensa de los derechos humanos por su proyecto de acogida de migrantes. Todo comenzó hace veinte años, con la llegada de una barca con 250 refugiados kurdos a su localidad; entonces, en el pueblo apenas quedaban 400 habitantes -el paro había empujado a los más jóvenes a buscar un futuro mejor en las ciudades del norte de Italia-, muchas casas estaban abandonadas y el colegio estaba a punto de cerrar. Fue entonces cuando el entonces profesor Lucano puso en marcha una iniciativa que ha convertido a Riace en un símbolo mundial y al mismo tiempo en objeto de criminalización.
La también calabresa Tiziana Barillà ha recogido su historia y la ha plasmado en Utopía de la normalidad. Riace, el modelo de acogida de Domenico Lucano (Icaria, 2018), que ayer presentó en Bilbao. “Domenico Lucano, más conocido como Mimmo Lucano entre sus amigos, era entonces un profesor de química emigrado que veía las escuelas de su pueblo sureño a punto de cerrar por falta de niños. Cuando llegó al pueblo la primera patera de las muchas que iban a llegar a las costas de Calabria, Mimmo tuvo una idea. Una idea tan sencilla como obvia, porque las grandes ideas suelen ser sencillas y obvias: si su pueblo estaba a punto de morir por falta de gente, y estaba llegando gente que estaba a punto de morir y solo necesitaba un refugio para conservar su vida, la ecuación era tan sencilla como evidente: Riace podía acoger a esa gente, darles un hogar de los muchos que empezaban a deteriorarse por el abandono, y entre todos podían emprender el gran reto de no dejar morir a Riace”, escribe Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en el prólogo de la edición que ha visto la luz recientemente en el Estado.
Desde aquellos años, la comunidad de Riace ha crecido sustancialmente; en ella viven ahora 1.500 personas de 26 nacionalidades diferentes. Las casas fueron restauradas, la actividad económica fue renaciendo y el colegio volvió a llenarse de niños. El modelo Riace incluye hasta una moneda propia con las caras de Mahatma Gandhi o Martin Luther King que se puede utilizar en los comercios del pueblo. Lucano fue elegido alcalde en 2004 y ha sido reelegido en dos ocasiones. “Riace es una comunidad muy pequeña, en una área muy deprimida económicamente, una de las más deprimidas de Europa y con un problema de carácter democrático teniendo en cuenta la presencia de una muy fuerte criminalidad organizada. ¿Qué ha conseguido? Ha conseguido no morir construyendo una nueva comunidad, ha conseguido la creación de una economía nueva a través de las personas que viven en la comunidad y la creación también de una forma de seguridad social, demostrando que favorecer trayectorias de legalidad, favorecer el reconocimiento de un estatus de existencia a los migrantes favorecía la seguridad”, asegura Barillà.
Repoblación Para la periodista, Lucano logró “encender otra vez a una comunidad que se estaba apagando sin pedir ayuda a las familias poderosas que controlan todo”. “En 1998, cuando empezó todo, y durante tres años lograron ser independientes económicamente gracias a un préstamo de la banca ética, que permitió hacer obras en las casas de los emigrantes que salieron de Riace”. A partir de 2001, en cambio, comenzó a funcionar el Sistema de Protección para los Solicitantes de Asilo y Refugiados (SPRAR), creado por el Ministerio del Interior italiano y financiado por la Unión Europea. Y fue un modelo de éxito hasta que se convirtió en un objetivo.
“La criminalización empezó mientras escribía el libro. En primer lugar, llegó por parte de la prefectura de Calabria, que indirectamente es un órgano del Ministerio del Interior, y se manifestó en retrasos a la hora de pagar el dinero para el proyecto, y después a través de estrategias de ataque contra el modelo. Pero esto empieza dos años antes de que Salvini asumiera el Ministerio del Interior; si hoy es importante hablar de Salvini y todo lo que le rodea, no hay que olvidar que este proceso de criminalización empezó por parte de un gobierno de centroizquierda y, específicamente, por un ministro del Interior con un pasado de militancia comunista y calabrés, Marco Minniti”, sostiene Barillà.
Detención El mes pasado, Lucano fue detenido, acusado de favorecer la inmigración irregular. Ya en libertad, el alcalde tiene prohibida la entrada a Riace, por eso, ahora vive en una localidad cercana, a 10 km. “El mensaje que lanzan con esta medida es muy autoritario. He hablado con él y es una situación muy difícil, está en el exilio y hay también una desestabilización política en la comunidad, porque Domenico ha sido una persona muy importante en los últimos 15 años en la vida del pueblo”.
Salvini también ha ordenado el cierre de todos los proyectos y la redistribución de los solicitantes de asilo del pueblo. “En los últimos 20 años, el modelo Riace no ha cambiado significativamente, lo que ha cambiado es el marco normativo-jurídico y político nacional y europeo. De repente, surgió la necesidad de demostrar que la acogida como se hace en Riace no funciona. Y es que, en Italia, se está volviendo a una gestión de emergencia de la migración, no se favorece la regularización, sino todo lo contrario, hay procesos que favorecen la irregularidad”, critica Barillà. Sin embargo, no cree que esta criminalización acabe con la experiencia de Riace.
“Lo que está ocurriendo no es el fin de Riace como experiencia sino el fin del modelo SPRAR. Riace quiere seguir y para poder seguir quiere volver a sus orígenes, a aquel 1998 en el que empezó todo sin dinero público y eso será posible porque hay mucha solidaridad, Riace es ahora una realidad muy conocida a nivel mundial. Lo que termina es una conquista democrática, con todos sus límites, que ahora está siendo destrozada”, considera la periodista calabresa.
Además, Barillà cree que el modelo Riace es exportable a otras localidades, porque “es un modelo que no se caracteriza por una forma burocrática rígida, es una intención, la intención de gobernar un territorio de manera pacífica, garantizar una convivencia pacífica y facilitar la legalización de las personas migrantes”. De hecho, según la periodista, el modelo Riace ya se está reproduciendo en la región de Piamonte, en el extremo norte de Italia, “donde ya hay 28 ayuntamientos que han empezado un trabajo parecido”.