Bruselas - La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció ayer errores en la gestión de la polémica en torno al exjefe de los servicios secretos -cesado por su proximidad a la ultraderecha pero elevado de seguido a secretario de Estado- e instó a la coalición de Gobierno a recuperar la iniciativa política tras semanas atenazada por las disputas internas. “Lo lamento mucho”, dijo la canciller en una inusual comparecencia en la que explicó que había acordado con los líderes de los otros dos partidos que forman la gran coalición reasignar al expresidente de la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV) Hans-Georg Maassen como “consejero especial” en el Ministerio de Interior.
La opción inicial -situarlo como secretario de Estado en el Ministerio de Interior- generó una enorme polémica, porque no sólo no se le cesaba, sino que además se le aumentaba sensiblemente el sueldo al asignarle una función superior pese a haber puesto en duda las persecuciones de neonazis a extranjeros en las calles de Chemnitz hace cuatro semanas.
Esta componenda -que trataba que conjugar la determinación socialdemócrata a apartarlo de la BfV y la insistencia de los conservadores bávaros en mantenerlo en Interior- “no logró convencer”, según Merkel. - Efe