Varsovia - Polonia necesita más trabajadores para mantener el crecimiento de su economía, como reconocen las autoridades de este país centroeuropeo que, aunque ha cerrado sus puertas a los refugiados, se esfuerza en atraer nuevos inmigrantes, preferentemente cristianos, lo que le lleva ahora a mirar hacia Filipinas en busca de mano de obra. “Esperamos firmar este otoño un acuerdo con Manila para facilitar la llegada de trabajadores de este país”, dijo recientemente el viceministro de Trabajo polaco, Stanislaw Szwed, quien destacaba que “Varsovia aprecia especialmente el hecho de que los filipinos son un pueblo culturalmente cercano, ya que comparten la fe católica”.
Actualmente residen legalmente en Polonia cerca de 600 filipinos, aunque su cifra podría aumentar considerablemente en los próximos meses si ambos países cierran ese acuerdo, ya que el Gobierno del país asiático quiere tener garantías de que sus ciudadanos tendrán empleos en condiciones y vivienda garantizada cuando lleguen a Europa, explicó Szwed.
El objetivo de Polonia es que estos trabajadores filipinos se dediquen fundamentalmente al cuidado de personas mayores y a servicios sanitarios, tal y como sucede en Holanda, país que sirve de modelo para el acuerdo que negocian ahora las autoridades polacas y filipinas.
El Gobierno polaco está decidido a facilitar la llegada de trabajadores extranjeros en Polonia -siempre intentando dar prioridad a los cristianos-, ya que el país precisa mano de obra cualificada en el campo de la tecnología informática, la medicina o la construcción, según recordó Szwed.
Más de la mitad de las empresas polacas (un 52%) reconoce que no puede cubrir sus vacantes por falta de candidatos, mientras que un 18% lo achaca a las altas demandas salariales de los aspirantes. Para 2030, las previsiones apuntan a que uno de cada cinco empleos no podrá cubrirse en Polonia por falta de candidatos. Con más de 20 años de crecimiento económico ininterrumpido, la baja tasa de natalidad y la emigración de sus ciudadanos a otros países de la UE amenazan al dinamismo de la economía polaca. - Efe