la duodécima edición de El conquistador del Fin del Mundo llega a ETB el 11 de enero. Aterriza en el segundo canal con importantes cambios: abandona La Patagonia y se instala en El Amazonas; recupera el lunes como día de emisión y por primera vez habrá dos equipos donde las diferencias serán generacionales. Los seguidores de este espacio, que una vez más presentará Julian Iantzi, verán cómo los participantes se convierten en manjar de los insectos que habitan la selva; las pirañas, anacondas o tarántulas serán compañeras de aventura y las temperaturas pocas veces bajarán de los 40 grados.
Txema Montoya, uno de los dos directores del longevo reality de aventuras de ETB, ha explicado a DNA el porqué de estos cambios y cómo afrontan la nueva temporada que llegará tras las fiestas navideñas: “En principio, salvo sorpresas de última hora, el programa comenzará el día 11. Es volver a los comienzos, este reality se emitió durante bastantes temporadas los lunes. El debate, presentado de nuevo por Patxi Alonso, se emitiría los miércoles”.
En esta ocasión hay un cambio de escenario: “Es uno de los más importante, habrá más novedades. Nos hemos trasladado a la selva del Amazonas. Hace tres años empezamos a buscar nuevas localizaciones y teníamos en la cabeza darle un giro al programa; después de tantos años en Argentina, cambiar nos parecía un plan atractivo”.
Después de recorrer Colombia, se han quedado con el Amazonas como marca de una nueva etapa del programa que comienza a principios de 2016. “Pensamos que había que sustituir la Patagonia por otra marca que tuviera el mismo nivel de atractivo. Amazonas suena a salvaje y hemos comprobado que es así”, explica. El punto donde se ha grabado el programa es conocido como la tres fronteras y está a caballo entre Perú, Colombia y Brasil: “Básicamente, nosotros hemos estado más en Colombia”, explica el director de El conquistador del Fin del Mundo.
COMIDOS POR LOS INSECTOS Los concursantes y el equipo de rodaje se han enfrentado a condiciones muy distintas a las de La Patagonia e Iguazu, último lugar donde se realizó el reality: “En el Amazonas nos hemos encontrado un calor sofocante, insectos, animales salvajes, el río y la selva: nos hemos encontrado todo lo que nos da el Amazonas”, asegura Montoya.
Las picaduras de los insectos de esta parte de la selva Amazónica se han convertido en una parte más de concurso, y se suman a otros problemas como el hambre, al dormir en el suelo o los problemas de convivencia. El ataque de estos bichos se ha convertido “en un elemento más de esta edición. Nunca te imaginas que el factor bichos de noche puede comer tanto la moral de los concursantes”.
Según Txema Montoya, los espectadores se van a sorprender con esta nueva dificultad que ha surgido dentro del reality. “Están llenos de picotazos, se rascan y es peor; los insectos no han tenido ninguna piedad. Son miles de bichos los que te rodean de noche y no tienes forma de protegerte. Están las mosquiteras, pero en el Amazonas son un bien tan preciado que los concursantes no han tenido la oportunidad de disfrutar de ellas”. Montoya asegura que otra de las dificultades a las que se ha enfrentado los participantes de esta edición es el calor: “Hay una temperatura constante de 40 grados, una temperatura que no cede por la noche como ocurría en Iguazu”.
El director de El conquistador del Fin del Mundo comenta también otras novedades, aunque no desvela la totalidad: “Hasta donde puedo leer, por primera vez en el programa va a haber una lucha generacional. Gente madura, por decirlo de alguna forma, hemos puesto la frontera de treinta años hacia arriba, hay unos cuantos de más de cincuenta, han peleado con gente de menos de treinta años”. Según comenta Montoya, se ha querido testar en esta edición quién soporta mejor la supervivencia: la madurez o la juventud.
Asegura que hay más novedades, pruebas diferentes impuestas por un cambio de escenarios, y tampoco quiere revelar muchos detalles para que las sorpresas que vaya dando el programa de enero a junio no queden devaluadas: “Hemos querido jugar con un grupo de participantes que es un poco diferente al que están acostumbrados los seguidores de este programa”.
Sobre el modelo de grabación de este año, Txema Montoya asegura que ha sido difícil: “Era un lugar que no conocíamos y las condiciones no tienen nada que ver con las que estábamos acostumbrados en otras ocasiones. Hacía mucho calor y de repente te caía un aguacero impresionante durante dos horas seguidas, pero diluviando, nada de cuatro gotas y ya está; por algo es tan verde la selva Amazónica. Siempre hemos rondado los 40 grados”.
Una de las circunstancias que más ha impresionado al equipo de El conquistador y a los concursantes es la fauna: “Hemos visto muchos bichos y una vegetación exuberante. Los participantes han tenido muy cerquita a toda esta fauna. También había muchos monos rondando los campamentos. Ha sido todo bastante salvaje, muy salvaje”. Montoya no quiere adelantar mucho más: “Va a ser importante ver que hay mucha renovación. Hay mucha gente nueva y otros que no están. La idea es sorprender”. Y deja en el aire si los personajes del programa Korta y Oiarzabal van a estar presentes en la nueva edición que llega el 11 de enero.