VALLADOLID - El actor Imanol Arias, Espiga de Honor de la 59 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), consideró que personificar en momentos, culpables o hacer una guerra de siglas “no va arreglar” el problema del cine. Asimismo, señaló que no haber encontrado una idea de industria fiscal y la imposibilidad de poner las entradas de los películas nacionales cinco euros porque “se considera desleal”, son circunstancias que hay que sumar, y comparó la situación actual y pasada de la industria audiovisual. “La televisión ya no es la hermana pequeña del cine”, afirmó.

En este sentido, explicó que en el pasado el cine era más de autor, donde el dinero lo recibía el director y no el productor, por lo que ahora, hasta el mismo Francis Ford Copolla “tendría problemas” para hacer una nueva versión de El Padrino. Asimismo, el galardonado con la Concha de Plata por El Lute reconoció que ser actor, político y activista tiene un precio en España. “Sentirnos gobernadores de provincia nos ha creado problemas”, agregó.

Sin embargo, declaró que el cine español actual “es muy bueno”, antes de incidir en las diferencias entre presente y pasado, cuando se representaba en todos los lados y, poco a poco, pasó a ser una labor de promoción.

Así, comparó los bolos y las presentaciones de los trabajos, en lo que se representaba un país, España, “en construcción”, con una Feria de turismo. “Pasó a haber 6.000 personas relacionadas con el turismo. Era como ‘Fitur’”, exclamó.

premio a una época Arias, durante un encuentro con la prensa celebrado en el Hotel Olid de Valladolid, señaló que este premio se refiere a una época, las décadas de los 80 y 90, cuando se hicieron cosas “muy buenas” y se cometieron errores, “como el amiguismo y trampear las subvenciones”, circunstancias que abrieron el “cajón de sastre del cine actual”. Sin embargo, renegó de la satisfacción “abobada” de ser reconocido con un galardón, por el peligro de “caer en la tentación” de sentirse realizado en la vida. “Para actuar hace falta desesperación y desasosiego”, puntualizó.

Así, afirmó que acepta este premio con “el reto de hacer méritos para volver a ganarlo dentro de 20 años” porque, a su juicio, se lo dieron “muy pronto” y dado que el cine vive en un periodo de “grandes” cambios tecnológicos, “uno a lo que puede aspirar es a ser gobernador de Provincia”. “Me voy a matar por conseguirlo”, señaló.

Sobre su papel de Eleuterio Sánchez El lute, por el que consiguió el premio revelación en el Festival de San Sebastián, Arias matizó que tiene que ver con el director, Vicente Aranda, un hombre que le quiso y le exigió y con el que pasó “muchas dificultades”. “Tú no puedes ser El lute”, le decía Aranda a Arias, según el propio actor.

Y es que este punto de partida “de la nada” para crecer es “importante” y la versión televisiva de Eleuterio Sánchez representa el “paradigma de lo imposible”, con lo que reconoció sentirse vinculado profesionalmente.

Con la mirada puesta en el pasado, Arias mencionó que el trabajo para formarse llegó a ser una obsesión, con mucho estudio, y por el que consiguió, más que un método, “El libro gordo de Petete de las experiencias”. Durante los años 80 y 90 los actores, según Arias, renegaban de la televisión. Sin embargo, en 2001 se encontró con “una historia interminable”, en alusión a Cuéntame, serial que protagoniza con Ana Duato. “Encontré un camino rápido para hacer cosas y acompañar la nueva televisión”, señaló, al tiempo que manifestó que el medio audiovisual ha cambiado con las series de ficción”. “La televisión ya no es la hermana pequeña del cine”, subrayó, aunque para él va más lenta todavía.

Nuevos actores Igualmente se refirió a la preparación de los actores actuales, quienes tienen un marco “más complicado” y no tienen la protección que él y sus compañeros tenían entonces. “Son igual de flojos pero no tienen ese amparo que nosotros sí teníamos”, agregó. Sin embargo, significó el valor de los nuevos artistas, entre ellos Quim Gutierrez, del que aprendió y definió como “uno de los mejores” con los que había trabajado. Asimismo, incidió en que antes la profesión contaba con un abanico de profesionales más corto, “menos democrático”, y que ahora, por el contrario son “muchos”. “Antes éramos cuatro”, declaró Arias, para luego reconocer que él mismo continúa con la reivindicación del galán tradicional.

Bajo la dirección de Javier Ruíz Caldera, un director “muy bueno y con un humor muy especial”, Arias recreó al agente secreto Anacleto, “una versión de James Bond en Resacón en las vegas”. Tras reconocer que estaba un poco “perdido” porque en su infancia no tuvo acceso a los cómics, afirmó que este trabajo, que fue muy interesante y lleno de diálogos “muy precisos y frases míticas”, cambió su relación con la salud.

Tras trabajar para los “más grandes”, según apuntó el director de la Seminci, Javier Angulo, Arias explicó que la relación con los realizadores “ha cambiado radicalmente”. “Hay nueva ilusión, respeto por el plano dividido, falta de respeto por la teatralidad y un guión mas libre”, resumió, antes de reflexionar que “frente al caos económico de la industria, hay mucho talento”.

Asimismo, comparó el ambiente de trabajo de épocas pasadas, cuando “todo el mundo gritaba”, se paraba el rodaje “por todo” y había una relación de dureza con los jóvenes, con el entorno actual, “donde nadie grita ni se para de rodar por nada”.

Nacido en la localidad de Riaño (León) destacó que hablar bien el castellano fue uno de los motivos por lo que se hizo actor. - Efe